miércoles, 2 de julio de 2014

PERIODISTAS Y COMENTARISTAS DEL PESEBRE



PERIODISTAS Y COMENTARISTAS DEL PESEBRE.
Realmente es meritoria la tarea del periodista que tiene que expresar su opinión  siempre favorable a las tesis de quien le da el pienso: el Gobierno o las instituciones. Ello requiere un gran esfuerzo mental, sobre todo cuando  tiene que defender lo indefendible. Porque es relativamente fácil opinar  en una tertulia defendiendo las instrucciones de la “superioridad”, cuando el resto de los contertulios también comen de la misma ganbela. Pero  cuesta  hacerlo en una cadena de televisión de los rebeldes en la que los contertulios son “rojeras” o simplemente, no comulgan  con las instrucciones que provienen del Gobierno, En estos casos lo excitante para el espectador es ver cómo hace equilibrios un popular  y provocador director de un diario que se sostiene gracias a los apoyos  del aparato propagandístico del gobierno.  Su táctica es interrumpir continuamente al que está en el uso de la palabra. Alternativamente pone el “ventilador” en marcha  con el  “…Tú más”,  con “la herencia recibida…” , o es capaz de resaltar detalles o indicios mínimos que sirvan para inducir al optimismo sin base y  que, inmediatamente se disipa por la contundencia de los datos reales. Nuestro “Guerrero del antifaz” tiene que asimilar y responder con convicción para tratar de demostrar a los espectadores que los ejecutivos que nos gobiernan son implacables en sus objetivos y que están perfectamente capacitados y pertrechados para lograrlos. Porque, además, los que así se alimentan, lo pueden hacer mientras resulten convincentes  y el gobierno les considere  útiles y merezca la pena seguir dándoles la “sopa boba”, pues de lo contrario, se les arrincona sin misericordia. Cuántos de los contertulios que ahora son críticos, fueron antes beneficiarios del presupuesto, aunque se les  “amortizó” por falta de la suficiente “eficacia”. Son las paradojas de la clase periodística a la que  se le atribuye siempre un precio, unas veces elevado y otras, simplemente,  a cambio de un pequeño favor. Estos comentaristas tan apasionados de la verdad  tienen asegurada su colaboración en varias tertulias que les generan pingües ingresos. Además, cuentan con los servicios e infraestructuras  que pone a su disposición el Estado a efectos de exclusivas o información reservada. Aunque tienen la servidumbre de que duermen inquietos porque les acosa su mala conciencia cuando tienen que expresar una opinión que es contraria a sus convicciones y eso les produce esquizofrenia. No obstante, estos atormentados cuentan con un elixir maravilloso que después de cada tertulia se toma y deja la conciencia como la que tiene un bebé después de tomar la teta.

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