Según Santo Tomas,
la ley “ es una ordenación de la razón para el bien común promulgado por quien tiene cuidado de la comunidad”. En cambio, desde el origen
de la humanidad, “ … es la expresión del dominio de los poderosos sobre la plebe de los pueblos invadidos” Para ejercerlo y
hacerlo cumplir nombran
a jueces cipayos cuya misión consiste en imponer la legislación de la metrópoli según sus intereses
para someter a la población
nativa a un control feroz saltándose sus
propias leyes cuando sea preciso. Este
control lo ejercían jueces interpretando
las leyes de la forma más ventajosa para
las metrópolis y por tanto, con criterios restrictivos. Es una realidad que se pierde en el tiempo, pero los sajones
que a todo le ponen nombre lo llaman
“Lawfare”: Según Charles Dunlop,
del Harvard´s Carr Center es “guerra
jurídica” o “el uso de la ley como arma
de guerra” y supone “la politización de la justicia”. Para los vascos desgraciadamente es muy conocido porque hemos sufrido sus consecuencias por el
dominio de dos imperios implacables que cuentan desde siempre con los cipayos que componen
la élite nativa en todos los ámbitos. Es
la judicatura que materializa el
“lawfare” por medio de los tribunales ejerce el control sobre los derechos y libertades de la ciudadanía vinculados a todos los aspectos de la vida
cotidiana y judicial para mantener la vigencia del artículo 2 de la Constitución Española que impone la “indisolubilidad de la nación Española”. Desde la
banca, las grandes industrias y cadenas
de distribución u ordenando el sistema de enseñanza imponiendo las lenguas de las metrópolis, relegando al euskara a joya prehistórica, pero realmente perseguida y reprimida. Controlan
la legislación que promulga el Parlamento Vasco e instituciones vascas legitimadas
para legislar según el Estatuto de
Gernika que es ninguneado
permanentemente por los tribunales españoles con voluntad de mostrar quien ejerce el dominio . Y para que no haya dudas, las
metrópolis se quejan de la popularidad
del voto a favor de los partidos nacionalistas que es mayoritario
y creciente, en cambio el constitucionalista insignificante. Para contrarrestarlo activan
el “lawfare” Quosque tándem abutere,
Catilina, patientia nostra?
J