FILOSOFIA DE LA OBRA PUBLICA
Detrás de la obra pública hay
un mundo entre mafioso y sublime mediante el cual las tensiones lógicas de las
teorías políticas se mitigan a base de repartir el maná adecuadamente entre los
que tienen alguna relevancia pública como constructores, concejales o ministros de fomento. En efecto:
es sabido que se otorga mediante el riguroso y aséptico sistema del peaje de la comisión correspondiente a los
gestores del dinero negro de los partidos. . Es tan evidente esta realidad que nadie la pone en duda y los jueces la consideran
derecho consuetudinario y signo
distintivo de las sociedades
democráticas avanzadas. Sin embargo, existe una clase política minoritaria que
considera que la corrupción no tiene que estar necesariamente presente en las contrataciones y la rechazan pues envilece las relaciones entre
administración y administrados. Estos iluminados sin causa ignoran el efecto
multiplicador y redistribuidor del pago
de comisiones en la economía nacional. Según los defensores del desarrollo para
crear una sociedad avanzada que es una contradicción exigir que se concedan las
obras públicas a quien mejores condiciones ofrezca, tanto en cuanto a precio,
financiación y otros aspectos técnicos
que contienen los pliegos de las ofertas.. Si así fuera-reconocen-, cómo
podríamos haber logrado que nuestras constructoras y bancos ser reconocidos en todo el mundo por su
dimensión, solvencia, volumen de
beneficios obtenidos o el empleo que generan?. Si se cumplieran las
bases de contratación rigurosamente se
produciría un colapso en la actividad global del país, pues deberían otorgarse las obras a
cualquiera que se ajuste a las condiciones exigidas, se cumplirían los plazos respetando los ‘precios acordados y
ajustándose al pliego de condiciones, lo que exigiría un control exhaustivo por
parte de los técnicos que controlan las
obras y sería causa de que no se
terminaran nunca. Además, nuestras
grandes constructoras no tendrían acceso a las grandes obras públicas porque la
competencia al ser más eficaz ofertaría más barato, no invocaría cláusulas
de revisión que es el procedimiento
tradicional de obtener beneficios y ofrecerían superiores garantías. Resultarían
las obras más económicas, pero las grandes constructoras y los bancos no
podrían cumplir con los objetivos de
rentabilidad, creación de empleo,
política de dividendos e imagen internacional. Además, es posible
imaginar cómo funcionarían las puertas giratorias para dar cobijo a ex altos
funcionarios, concejales de obras de los ayuntamientos o ex ministros que son contratados por las constructoras en
pago a servicios prestados si no reciben el volumen adecuado de obra pública que
fomenta la existencia de la “aristocracia del ladrillo” en sintonía
con el partido del gobierno de turno en
el poder, que es la fuente de dinero
negro de los presidentes de los clubs de
futbol españoles que tanto han contribuido a potenciar la Marca
España en el extranjero. Son nuestros nuevos conquistadores Pizarro, Hernán Cortés que llevan nuestra
bandera con orgullo a Panamá, Suiza o a otros
paraísos fiscales donde se derrama patriotismo a raudales bajo la protección de Montoro, siempre
solícito a proteger a nuestra clase
empresarial con una amnistía
regeneradora si es preciso en beneficio de los intereses nacionales..