lunes, 30 de junio de 2014

LA ERA DE RUBALCABA SE TERMINA



 LA ERA DE RUBALCABA SE TERMINA.
Produjo vergüenza ajena el grotesco show lacrimógeno-festivalero  que le dispensaron en el Congreso los diputados  presentes en el homenaje de despedida de la vida política a Rubalcaba. El Presidente de las Cortes, con unas palabras sin contenido, como en él es habitual. Rajoy, con elogios  que parecían las que se dicen en los entierros. En fin, dejemos que los muertos entierren a sus muertos y tratemos de olvidar la figura y los hechos de este aprendiz de Maquiavelo. Ahora, que le aguanten en Químicas los alumnos y que consiga sosegarse, aunque es de temer que nos abrase con sus memorias, pues no es de los que se saben retirar a tiempo. Así de ramplón será: quien  escribe sus memorias parece que quiere expresar lo que no supo o no pudo hacer en su vida activa política y se sirve del ventilador para repartir la basura  acumulada debajo de las alfombras. Don Alfredo ha sido el prototipo de político intrigante que ha transitado tanto por los salones del reino, como por las alcantarillas y desagües, coincidiendo con ratas, fondos reservados, servicios secretos y demás fauna fétida de los submundos ocultos que son la base filosofal de los tan elogiados Estados de Derecho. Este embaucador confió que su liderazgo en el PSOE le llevaría a  Presidente del gobierno, pero en su transito de victoria en victoria, llegó a la derrota total y todos los fuegos de artificio que prometía para su partido en las Europeas  han transformado  al PSOE en una ruina sin expectativa alguna de volver al bipartidismo que le permitió compartir el poder con el PP. Todo lo cual va a exigir replantear una nueva y real Transición en la que se logre la catarsis que requiere la regeneración de aquella política de pactos vergonzosos a la que tanto contribuyó el ahora cesante Secretario General. Rubalcaba se declaró socialista y de izquierdas, pero asumió el “Pacto de la Monarquía”, lo que significa que se sintió cómodo con la antítesis de la república de la que se declaró epígono. En los tiempos de ilusión por la salida de la dictadura el PSOE dio un impulso importante a las políticas sociales, pero la presión del neoliberalismo les llevó a competir en el caladero de votos de la derecha, para lo que Zapatero, con la inestimable colaboración de su Rasputin, se plegaron a las exigencias de Frau Merkel y desmantelaron el estado de bienestar, aunque vendiendo humo con verborrea de izquierdas. Sus votantes hastiados, decidieron abandonarles. Su última astucia después de anunciar su renuncia fue  colaborar a que la abdicación del monarca en su hijo fuera posible, renunciado una vez más a los principios republicanos de su partido. Ahora recoge los frutos de su vergonzante renuncia dejando un PSOE agonizando. Parafraseando a Stendhal: “Creíste poder volar como un águila, aunque sólo eras un pardal”.

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