domingo, 6 de julio de 2014

REFORMA FISCAL DE MONTORO



REFORMA FISCAL DE MONTORO
En vista de que la evolución optimista de la economía desborda las previsiones y una vez superada la crisis, el Gobierno ha tomado medidas para potenciar el crecimiento y crear empleo (sic). Pero tienen trampa, pues se afirma que bajará el IRPF, pero sólo algo a las rentas bajas, que no están sujetas a dicho impuesto. A los que sí les baja es a los ricos, unos siete puntos. Las rentas medias, que son las que percibe el 90 % de la población, quedan poco más o menos como actualmente. Asegura que no modificará el IVA, cosa poco creíble, aunque es de suponer que habrá deslizamientos hacia arriba. Por supuesto que en la letra pequeña de las rebajas hay una serie importante de precauciones que van a desvirtuar cualquier descenso real de la imposición. Pero hay que llamar la atención de que no es posible reducir la recaudación, pues tienen a Europa vigilándoles para que se cumplan las previsiones de déficit, lo que es imposible con los planes engañosos de Montoro. En una economía progresista y sostenible es imprescindible una política de rentas para potenciar la demanda interna, de manera que en lugar de reducir sueldos, habría que elevarlos para poner en manos de la población mayores niveles de renta y sean los dinamizadores del consumo. Con seis millones de parados y con un tercio de la población sumergida en la pobreza, cómo se va a dinamizar el consumo? Porque la esperanza de que el sector exterior sea el agente de la recuperación es una fantasía propia de De Guindos y de Montoro, pues competir con precios a la baja que requieren   salarios devaluados, es la causa del desempleo, de la deuda pública creciente y del déficit exterior. Los impuestos  deberían modificarse selectivamente, con objeto de que se reduzca realmente la presión sobre las rentas medias que son las potencialmente consumidoras. Esas rebajas se compensarían elevando la de los tramos altos. El Impuesto de Sociedades tendría que convertirse en un instrumento dinamizador,  potenciando las deducciones por creación de empleo, por reinversión y fortalecimiento de la solvencia, de forma que, incluso, se llegue a la cuota cero si se cumplen las condiciones.  Hay que mentalizar a la población de que pagar impuestos nos procura servicios públicos mejores, pero a condición de  prestigiar la justicia fiscal y paguen más los que más tengan y  los defraudadores respondan de sus delitos. Montoro, Rajoy y compañía no son de fiar, pero  tampoco lo son los Rubalcaba, los Zapatero, Salgado o Susana. Los electores tienen que reflexionar a la vista de la experiencia que ilustran nuestros gobernantes a lo largo de la historia. Hay motivos para la esperanza si se vota con espíritu crítico.

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