domingo, 13 de julio de 2014

DISCULPAS DEL PAPA FRANCISCO POR LA PEDERASTIA



DISCULPAS DEL PAPA  FRANCISCO POR LA PEDERASTIA.
Francisco ha tenido un encuentro con víctimas de clérigos pederastas. Les ha pedido perdón públicamente en nombre de la Iglesia por no haber sabido denunciar  a los que escandalizan a los niños.  Su iniciativa requiere valor. Por primera vez en la historia de la Iglesia, un máximo mandatario se humilla públicamente y reconoce el daño causado. Es una iniciativa más de este Papa que se propone cambiar el rumbo de una institución inmovilista en lo  ideológico en sus dos mil años de historia. Que ha cometido  las mayores aberraciones en nombre de Jesucristo. Que actuó como un emperador, con ejércitos de los que se sirvió para extender sus límites territoriales, que pactó alianzas con reyes absolutistas. Papas  disolutos y crueles. Crearon la  Inquisición para conservar y extender la fe, aunque fuera con tormentos y quemando a  herejes en horribles Autos de Fe.  Fue obsesiva su voluntad de controlar las mentes de los fieles anunciando condenas apocalípticas  a los pecadores. Se entenderá que con el progreso de las ciencias y difusión de la cultura, los fieles fueran perdiendo aquella fe fanática y sin fundamento y abandonaran la Iglesia al descubrir que su acción no se correspondía con la doctrina evangélica como fundamento único de las convicciones religiosas. No obstante los progresos del conocimiento, la Iglesia se enrocó en sus principios, condenando todo atisbo de libertad, desarrollando sistemas de caridad para atraer a su seno a los pobres y gente sin expectativas. Es muy complicado desmontar un sistema arcaico basado en dogmas, obligaciones sin sentido, como la prohibición del matrimonio a los clérigos o no permitir el sacramento del orden a las mujeres. Que Francisco haya mostrado su afecto y comprensión a los homosexuales, que haya condenado despilfarro de gastos de cardenales o que él mismo se haya  ido a vivir a un apartamento en Roma, todos estos testimonios tienen gran valor, si se tiene en cuenta la presión que ejercen congregaciones  sectarias o una Curia romana que se ha empeñado en dejar sin contenido progresista al Concilio Vaticano II. Sin olvidar a las Conferencias Episcopales nombradas por papas anteriores, que, como en España, han creado verdaderas tensiones con los gobiernos de turno por no aceptar de hecho las consecuencias de  la laicidad del  Estado. Por eso, se pueden tener esperanzas, pues Francisco está llevando una tarea gigantesca de cambio, que va a llevar a la Iglesia  a sus orígenes.  Conviene leer la obra de Hans Küng: “Tiene salvación la Iglesia?”.

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