ORIGEN DE LA CRISIS ESPAÑOLA
Nuestros perspicaces políticos, eficaces banqueros, empresarios de multinacionales y ministros
que saben de todo, siempre se han distinguido por dominar el juego defensivo y
“echar balones fuera”. Todos son inocentes:
es la “herencia recibida”, son los obreros “insaciables” en sus demandas, son los sueldos y “coste del despido”
excesivos. Pero, para ellos el enemigo real viene del exterior: las sociedades de clasificación de
riesgo que nos odian, la quiebra de Lehman Brothers, la prima de riesgo, las exigencias
del FMI, el desamor de Frau Merkel por España,
el rigor en los datos informativos que nos impone la UE. Las subprime,
la obsesión de la UE por reducir el déficit del Estado, En fin, siempre soportando
la “Leyenda Negra” porque no nos perdonaron en el mundo que “La Roja” ganara el
anterior mundial. Deberíamos entonar el mea culpa alguna vez, pues hemos construido
un anillo infernal que se inicia con las fantasías bancarias con un nivel de
liquidez tentador, por eso promocionaron
la construcción de viviendas, mientras, el Gobierno y Banco de España mirando
para otra parte. A pesar de las luces rojas que se encendían.. Como el ahorro
interior era escaso, se pide al generoso mercado exterior. Pleno empleo,
especulación, recalificaciones de terrenos con la connivencia de ayuntamientos
y la satisfacción paternal del gobierno. La corrupción desbocada, Suiza se
convirtió en la capital “financiera” de España. No tener una cuenta en la “”neutral” y bucólica Ginebra
era ser un “parvenu”. Los políticos, banqueros y especuladores cometía toda
clase de delitos fiscales, pero sin riesgo: los jueces estaban controlados y eran cómplices pasivos de desfalcos siderales.
Pero, siempre hay un pero: la burbuja se pincha y se desparrama la basura que
contenía, a la que hay que añadir el efecto rebote, de manera que paralizan los flujos de liquidez necesarios
para que los empresarios honestos que se baten con coraje y puedan disponer de
medios, lo que provoca quiebras masivas,
despidos …, Pero dos personajes providenciales aparecen para salvarnos:
Luis de Guindos, consejero del quebrado banco, Lehman Brothers. El otro es el
optimista Cristóbal Montoro, quien a pesar
de recortar prestaciones sociales, añade el gracejo propio del ignorante que
cada vez que habla tiene que rectificar, aunque con el respaldo del indeciso
Rajoy, quien siempre con la esperanza de que los problemas se resuelvan
por la vía del aburrimiento o el olvido. Menos mal que la historia descrita
debe ser una fantasía, pues, a pesar de que hay seis millones de parados y doce
de pobres, el optimismo oficial es desbordante y ya estamos creciendo tanto,
que somos la envidia de Europa y del mundo. Y los españoles, ignorándolo.
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