martes, 8 de julio de 2014

SARKOZI DETENIDO



SARKOZY  DETENIDO.
El anterior Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, ha sido detenido y se ha pasado en los calabozos  una noche y posteriormente, interrogado por la policía. Se le acusa de financiación ilegal de su campaña electoral, pero no se le pudo enjuiciar durante su mandato por estar aforado. Una vez de abandonar el cargo, ha cesado este  privilegio y quedado sometido a la ley como un ciudadano más. Se le ha puesto en libertad con cargos, por lo que va a seguir imputado. La noticia supondría un bochorno, tanto para el ex presidente como para la nación francesa, tan celosa por el prestigio  y el protocolo de la Patria. “Eso no podría suceder en España, sería humillante y socavaría sus fundamentos, dado que somos una de las naciones más antiguas y prestigiosas del mundo”.  Así se expresaba un corresponsal español en París en su crónica en la que comentaba la noticia. Y tenía razón, puesto que aquí estaría aforado y si no, sería aforado de inmediato por medio de una ley ad-hoc, como se ha hecho con el antiguo rey. Pero no sólo se libraría el rey: aquí hay unos diez mil personajes y personajillos con los que la justicia pincharía en hueso y no pasaría nada. Por eso el sentimiento que surge  es de envidia y de tristeza al comparar la justicia española con la francesa. Es que muchos ciudadanos no  han olvidado que en 1789  tuvo lugar la Revolución Francesa y que, con mucho dolor e incluso injusticias, el régimen monárquico se abolió y se creó la República con el revolucionario lema de   “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, determinando que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, En España también lo dice la Constitución en su artículo 14, pero se trata sólo de una licencia literaria, pues aquí el juez que pretenda hacer efectivo ese precepto tendrá muchos problemas, incluso puede que se le procese a base de interpretaciones retorcidas de la ley. Por eso el sentimiento de inferioridad de la población crítica española al ver que en Francia las leyes deben ser cumplidas desde el Presidente hasta el último ciudadano. Y así nos van las cosas, pues tenemos unos políticos que se las ingenian para ver cómo pueden  saltarse la ley, pero se muestras intransigentes para que los demás la cumplan, aunque sea con la connivencia de jueces que se prestan a aplicar lo que “sugiera” el que tiene el poder. No sugiere.Muñoz Molina: “No se nace demócrata, tiene que haber una pedagogía”

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