PEDRO SANCHEZ:
PEGARSE UN TIRO EN EL PIE
En euskara “ausarkeria”significa atrevido, audaz, pero con escasa
reflexión. Es la perfecta descripción del perfil de Sanchez a juzgar por lo que se va conociendo
de su gestión política. Es una secuencia de despropósitos, errores y
rectificaciones que hacen a la ciudadanía dudar si es su manera natural de actuar. No debe recordar
que es presidente gracias al apoyo de
los nacionalistas catalanes y vascos, aunque tengan que taparse la
nariz. Pero había que echar a Rajoy. Ahora en el poder se viene arriba y amenaza de nuevo a los catalanes con el 155 si en la Diada reivindican la independencia.
No es consciente de que a quien desprecian y
acusan de sedición, el expresident Puigdemont, está moviendo los cimientos de todas las
estructuras del estado, pues ha puesto ante los tribunales internacionales al
magistrado Llerena, el inestable juez que ha encarcelado a los políticos catalanes que han potenciado democrática y pacíficamente
el 1 O. P. Sanchez ya puede hacer retórica contra Puigdemont, a quien despreciaban como un iluminado y del que la prensa adicta frivolizaba, ahora tiene
en jaque las estructuras judiciales y
políticas de todo un estado miembro de la UE. En su ingenuidad
Sanchez amenaza a los independentistas catalanes de nuevo con los “piolines”,
aunque para ello tenga que pasar de
nuevo el ridículo de retirarlas ante el jolgorio de la opinión pública mundial
y el rechazo de las judicaturas de las democracias mundiales. Tiene malos asesores,
aunque sigue rehén de los barones que le derrocaron y volvió a recupera la Secretaría General del PSOE. Ahora
ha logrado de manera
rocambolesca la presidencia del gobierno con una minoría desoladora en el Congreso y cuyos
efectos experimenta con frecuentes
fracasos que le imposibilitan llevar a buen
término ninguna iniciativa,. De todas formas, fiel a su audacia ya se ha marcado la meta el 2030, aunque
ignora si llegará a fin del 2018.