LA PRESION FISCAL EN ESPAÑA
Los diversos gobiernos de la Transición española siempre han recurrido al cuento de la baja presión fiscal para justificar la mala calidad de los servicios públicos. La ciudadanía teme denunciar la gran corrupción, de los organismos oficiales, aunque siempre ha sido un clamor que España tiene el dudoso honor de liderar el ranking de países con mayor índice de elusión fiscal. Antaño era el latiguillo para no incomodar a la aristocracia porque los gobiernos han sido y son dependientes de los poderes fácticos que ponen quitan a quienes les interesan en este paraíso de ilustres evasores no solo nacionales, sino las ratas especuladoras que circulan por las cloacas del mundo financiero. Los contribuyentes guardan silencio: qué remedio, si la administración lo fomenta. Se asumía con resignación que la calidad de los servicios fuera acorde con la escasa presión fiscal. Pero la Hacienda es insaciable, los impuestos no cesan de crecer e y los servicios empeoran. Además de que los “hombres de negro” de la UE vigilan, pero es inútil. Las nuevas promociones de economistas malvados difunden datos sorprendentes sobre la presión fiscal. En 2022 en España es el 42% del PIB, cuando en el 2018 era del 35,4%, inferior a la media europea. Actualmente la media de la UE es 41,7%. En Alemania es el 42,2%; en Holanda, el 39,7%, Suecia el 43%, , Dinamarca, el 42,5%. Por el contrario, en Rumanía es el 27,2%,, Polonia el 37,4% y, la sorpresa: la de EEUU es el 26,6%. . Con este panorama de la realidad fiscal española, la distribución de la carga es injusta, pues la clase trabajadora soporta el mayor peso y los rentistas gozan de privilegios escandalosos y los gobernantes son tolerantes con las ventajas que les otorgó la Transición, a pesar de que la aristocracia guarda sus patrimonios en paraísos fiscales alardeando de patriotismo. Ahora se divulga que España tienen una de las más altas e injustas presiones fiscales de Europa.. Es urgente una reforma fiscal , que se investigue a los defraudadores ante tribunales. Evidentemente ante jueces democráticos que sentencien con justicia.