ESPAÑA Y POLONIA EN LA UE: DOS NUEVOS VERSOS SUELTOS.
Son pueblos cuya ciudanía tradicionalmente ha sido ignorante limitándose a obedecer los reyes, aristócratas , jerarquía de la iglesia o su señor feudal, que siempre se han desinteresado de la política y temido a los jueces. Son súbditos sometidos, sin conciencia de su identidad nacional, a los que por una vez sus gobiernos les permiten decidir sobre los asuntos de su nación como socios que son de pleno de derecho de la UE, pero han emergido sus carencias históricas de incultura y corrupción, además del rigor ciego de los jueces de sus tribunales principales que interfieren en el derecho a su participación democrática que les atribuye la legislación comunitaria y los tribunales de justicia europeos que tienen que rectificar continuamente sentencias nacionales a pesar de que para pertenecer al Tratado todos los socios deben asumir que la normativa de la UE tienen rango superior a las de los estados miembros. En España el CSPJ, el Supremo y el Constitucional son objeto de humillantes reproches judiciales que les desacreditan en Europa. Ello ha herido su orgullo convirtiéndoles en víctimas del humor satírico de la prensa europea. Pero el Tribunal Supremo de Polonia muestra aun mayor torpeza, pues el presidente de turno de la UE, Luxemburgo, insta a Varsovia “a no jugar con fuego”. Mateusz Morawiecki , su Primer Ministro, ha declarado con la simpleza propia del ignorante que “… en asuntos del poder judicial polaco, la UE no tiene nada que decir”. La UE contempla contundentes sanciones como bloquear la entrega de fondos por más de 50.000 millones de euros, pues el Tratado no permite la expulsión. Quizá sueñen con la épica de la aventura del BREXIT de Gran Bretaña que ahora empiezan a experimentar los inconvenientes del mal entendido sentido del orgullo nacional y va a tener que ser la UE quien le saque del lodazal en el que se han metido por exceso de “.autoestima”.