SANCIONES YANKIS A RUSIA Y LOS INGENUOS EUROPEOS

  SANCIONES YANKIS A RUSIA  Y LOS INGENUOS  EUROPEOS

USA exporta a Rusia unos 8000 mil millones de €, un escaso 3% del total. Importa una cifra similar de su contrincante. Su comercio mutuo no supera el 3 % del total anual de ambos. En contraste, os eslavos importan de la UE unos 130000 millones de €, o sea el 50% de sus compras en el exterior. Además, exporta a la UE alrededor de 200000 millones de €, el 75% de las cuales son carbón, electricidad y petróleo. Se podrá inferir de inmediato que las sanciones impuestas a Rusia por USA por haber invadido Crimea y por apoyar a los prorrusos en Ukrania, responden a una astucia típica de los yankis que consiste en jugar a ganar  y a no perder. Los perjuicios que se producen en los  intereses comerciales americanos a consecuencia de las reacciones a las sanciones impuestas para sancionar a Rusia por su negativa a seguir sus pautas, tienen escasa relevancia para su economía. Sin embargo,  las consecuencias de rebote para  sus socios de la UE, tienen gran impacto tanto comercial como estratégico, a la vista de las magnitudes que se intercambian, lo que supone una actitud muy peligrosa y de la que ya se están derivando las consecuencias. Respecto a los perjuicios a España, el comercio de frutas y vegetales se ha colapsado y las consecuencias son extremádamente graves y con gran preocupación para el futuro.  No se entiende bien la  sumisión de la UE con relación a USA. Esta decide imponer sanciones a su enemigo porque quiere desarrollar una estrategia milita mundial  de control a Rusia a base de instalar un sistema intimidatorio de misiles  en Polonia, el back yard de Putin. Así pretende cerrar el anillo a base de instigar la inseguridad en Ucrania para que pidan auxilio a las “democracias” y así les permitan plantar sus misiles apuntando al sur de Rusia. Los eslavos, que se han recuperado de sus traumas y se han vuelto a convertir en  potencia, rechazan las pretensiones imperialistas yankis, respondiendo a las sanciones con otras suyas, aunque éstas van dirigidas a la ingenua UE. Curiosamente, siendo la primera potencia comercial mundial, se convierte en el instrumento pasivo de los juegos de guerra entre competidores que buscan lograr la primacía del planeta. La UE, como el primo tonto de Zumosol, acepta sumisa y  sin críticas las decisiones que le afectarán de forma decisiva, pero no se atreve a protestar porque dicen los yankis que los europeos no saben lo que les conviene y que por eso, hay que orientarles para que no se equivoquen, aunque tengan que soportar algunos perjuicios, si se tienen en cuenta los intereses geoestratégicos que se ventilan en el este de Europa,