viernes, 8 de agosto de 2014

DISPARARSE UN TIRO EN EL PIE



DISPARARSE UN TIRO EN EL PIE
A los países segundones con pretensiones de codearse con las potencias, les pierde que les convoquen a  reuniones en los foros importantes, aunque suelen mandarles a la limpieza del back yard, a enviar tropas a los puntos más calientes y distantes, para “asegurar el sistema democrático”, con un coste desorbitado y sin saber los motivos de estar allí desplazados, salvo para que el Ministro de Defensa pueda  alabar el sacrificio de las tropas allí, diciendo que están defendiendo nuestra libertad y democracia. Sí, a diez mil km. y machacando a la población autóctona. Mientras, las potencias venden armamento, administran el país invadido y obtienen pingües beneficios con la reconstrucción y plantando allí bases militares  para mantener “los equilibrios geoestratégicos”, o sea: ser los gendarmes del mundo. Ahora USA azuza a Rusia por razones de pura estrategia político-militar, con el resultado  de que los yankees  y Europa van a imponerles sanciones comerciales y financieras para castigarles por atreverse a competir en el reparto de poder con USA. Entre los que participarán en el bloqueo económico está nuestra España, cuyos perjuicios en los intercambios se elevarán a más de 600 millones de €, o sea, el 7% de las exportaciones totales. Pero lo cómico es que  en la UE deben ignorar el importante impacto y riesgos que la dependencia de energía de Rusia va suponer para los países más desarrollados si los rusos responden con las mismas armas que les aplican las “democracias occidentales”. El plan de represalias de USA repercutirá en España de tal forma, que pone en condicional las expectativas de salida de la crisis que tanto se espera. “Ahora, para que se fastidie el capitán, no como”,  sería la actitud valiente y ejemplarizante de España al defender los planes estratégicos de las potencias con la convicción del converso, aunque nos suponga un quebranto económico de magnitudes siderales, especialmente en estos momentos en los que una recaída en la crisis podría suponer la pérdida de la escasa esperanza para las clases sociales que están superviviendo en el límite. Para que a nuestros expertos en política internacional  los jefes de las potencias les dejan poner los pies sobre la mesa,  en mangas de camisa y puedan hablar en inglés macarrónico aprendido  en una clase particular intensiva, aunque fuera de horario de trabajo y pagándose ellos las clases. “Con amigos como las democracias que nos rodean, no necesitamos enemigos”.




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