jueves, 14 de agosto de 2014

OTRA NUEVA "HAZAÑA" DE LA POLICIA EN MISSOURI



OTRA  NUEVA “HAZAÑA” DE LA POLICIA EN MISSOURI.
Un policía en Fergusson, Missouri, ha liquidado de varios disparos a quemarropa a un joven negro que suplicó al agente que  no le disparase, mostrando que estaba desarmado.. En vano: varios tiros en la cabeza le causaron la muerte en el acto, según cuenta desolado un amigo que le acompañaba.. La Policía ha dado, como es habitual, una versión entre idílica y llena de falsedades, y  tan mal hilvanada, que ha sido desmentida de inmediato por los testigos y por la prensa que ha investigado el suceso. Poco pueden interesar los detalles morbosos que concurren en la gesta policial. Lo que  merece  resaltarse es que ser joven y negro es un factor de riesgo en USA y que el racismo no está ni mucho menos desterrado, a pesar de las manifestaciones de líderes que quieren ocultar las miserias de un país hundido en  la intolerancia contra la raza negra. Ante el cariz de los acontecimientos, Obama se ha apresurado a acudir al lugar del drama y ha pedido con lirismo serenidad. Claro, cómo no, pero una vez cumplido el trámite, y ante la ira de la población que ha reaccionado violentamente, causando destrozos durante varios días, un desproporcionado despliegue policial ha tomado  la ciudad, lo que será seguro que provocará aun más a los que manifiestan su rechazo a la actuación cerril y descerebrada de la policía. No se trata del  agente soberbio que se extralimita o tiene fobia antirracial, es la manifestación periódica de que la población americana y sus instituciones están descontroladas y se expresan con el dramatismo de una sociedad enferma, simple y carente de valores,  como exige una élite dominante que prefiere tener a las masas controladas y vigiladas. Aunque con la frecuencia adecuada de actuaciones violentas que unas veces protagonizan agentes policiales descerebrados e incultos que se sueltan y realizan esas hazañas. En otros episodios son exmilitares que materializan el ritual macabro de colocarse frente a la salida de una escuela o de un supermercado,  lleva su correspondiente parque de armamento que todo buen americano guarda en su casa y dispara indiscriminadamente, masacrando a padres y niños con una metodología que han aprendido en el prestigioso Cuerpo de Marines, cuya seña de identidad es el “señor, si, señor”, el amor a la patria, se envuelven en la star and bars, con una ideología lo más elemental y patriótica posible, convencidos de ser “los enviados de Dios” al cumplir con la ceremonia macabra de disparar las armas a las que tiene derecho a usar porque lo ampara la Constitución.

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