OTRA NUEVA “HAZAÑA”
DE LA POLICIA EN MISSOURI.
Un policía en Fergusson, Missouri, ha liquidado de varios
disparos a quemarropa a un joven negro que suplicó al agente que no le disparase, mostrando que estaba
desarmado.. En vano: varios tiros en la cabeza le causaron la muerte en el
acto, según cuenta desolado un amigo que le acompañaba.. La Policía ha dado,
como es habitual, una versión entre idílica y llena de falsedades, y tan mal hilvanada, que ha sido desmentida de
inmediato por los testigos y por la prensa que ha investigado el suceso. Poco
pueden interesar los detalles morbosos que concurren en la gesta policial. Lo
que merece resaltarse es que ser joven y negro es un
factor de riesgo en USA y que el racismo no está ni mucho menos desterrado, a
pesar de las manifestaciones de líderes que quieren ocultar las miserias de un
país hundido en la intolerancia contra
la raza negra. Ante el cariz de los acontecimientos, Obama se ha apresurado a acudir
al lugar del drama y ha pedido con lirismo serenidad. Claro, cómo no, pero una
vez cumplido el trámite, y ante la ira de la población que ha reaccionado violentamente,
causando destrozos durante varios días, un desproporcionado despliegue policial
ha tomado la ciudad, lo que será seguro
que provocará aun más a los que manifiestan su rechazo a la actuación cerril y
descerebrada de la policía. No se trata del agente soberbio que se extralimita o tiene
fobia antirracial, es la manifestación periódica de que la población americana
y sus instituciones están descontroladas y se expresan con el dramatismo de una
sociedad enferma, simple y carente de valores, como exige una élite dominante que prefiere
tener a las masas controladas y vigiladas. Aunque con la frecuencia adecuada de
actuaciones violentas que unas veces protagonizan agentes policiales
descerebrados e incultos que se sueltan y realizan esas hazañas. En otros
episodios son exmilitares que materializan el ritual macabro de colocarse frente
a la salida de una escuela o de un supermercado, lleva su correspondiente parque de armamento
que todo buen americano guarda en su casa y dispara indiscriminadamente,
masacrando a padres y niños con una metodología que han aprendido en el
prestigioso Cuerpo de Marines, cuya seña de identidad es el “señor, si, señor”,
el amor a la patria, se envuelven en la star and bars, con una ideología lo más
elemental y patriótica posible, convencidos de ser “los enviados de Dios” al
cumplir con la ceremonia macabra de disparar las armas a las que tiene derecho a
usar porque lo ampara la Constitución.
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