FRANCISCO PREDICA CON EL EJEMPLO.
Tras el descubrimiento de la mafia pederasta que se oculta
en las altas jerarquías en el Vaticano, en España y en otros diversos lugares,
con la vergonzosa ocultación de los culpables por parte de obispos y
arzobispos, la vigorosa reacción del Papa Francisco pidiendo perdón a las
víctimas y ordenando una investigación
para depurar la Iglesia, merece elogiarse
su valentía para desenmascarar a estos lobos con piel de cordero que han
pervertido lo esencial de la doctrina evangélica.
Hay que reconocer que no es fácil enfrentarse al núcleo duro de la Curia Romana
y de la Conferencia Episcopal Española abrasada de carcas y nostálgicos de
aquel Nacional Catolicismo que ha
convertido a la iglesia española en una asociación de personas de edad en
actitud defensiva y agresiva contra todo el que se propone acomodar su pensamiento filosófico a los tiempos
actuales. No es de valorar su decidida voluntad
de desmontar el bunker que agrupa a los obispos? No requiere coraje enfrentarse
a Rouco Varela, Cañizares, Arzobispos de Granada, Zaragoza y llevar a curas
pederastas ante los tribunales civiles?
No es de admirar la denuncia que hace del sistema económico capitalista que
genera tantas desigualdades, que es el causante del hambre, la ignorancia y las
enfermedades que acosan a la población mundial sin recursos? Su testimonio de
vida, su sencillez y cercanía con la gente supone un cambio radical en relación
con la actitud mayestática trasnochada que le ha dado siempre un estilo teatral
y fuera de lo cotidiano de los anteriores papas. Por eso no es extraño que gran
parte de los fieles que han palpado todos estos antitestimonios hayan optado
por abandonar el circo en el que se había convertido a la iglesia. La actitud
sincera y la búsqueda de las señas originales del mensaje de Dios puede ser el
motor para una renovación que atraiga de nuevo a la gente de buena voluntad que
busca la respuesta a cuestiones filosóficas que pueden llenar una vida. Merece
la pena conocer las ideas de Francisco que desgrana en términos novedosos y que
interrogan de manera crítica, aunque
esperanzada, a la sociedad moderna en su encíclica “Evangelii Gaudium”
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