PODEMOS Y LOS VASCOS.
Los vascos sienten una gran satisfacción plena de
expectativas positivas ante la irrupción de Podemos en la vida social. Le
dan una calurosa bienvenida, pues ocupará el espacio político que el PP y el
PSOE han monopolizado desde la Transición. Ambos serán arrumbados a sus cenagales
por sus propios errores y argucias, por su falta de sensibilidad ante los
problemas de la ciudadanía, por su soberbia
e irresponsabilidad,. su incapacidad
para gobernar, poniendo delante los intereses de los lobbies del Estado a los
de la ciudadanía. Serán derrotados por el partido que ha sintetizado las quejas
de los indignados. Se constituirá en el protagonista que regenerará la vida
política tan degradada y constituye una esperanza para los vascos poder tener
como interlocutores a esta nueva
generación de políticos que anuncian programas ilusionantes. Pero sin olvidar que asumen el carácter de nuevos líderes del
nacionalismo español. Aunque su
inexperiencia en la política constituye un riesgo pues sus dirigentes proceden
de laboratorios de la política. Por tanto, la esperanza de una solución democrática a la cuestión de la
autodeterminación vasca como un derecho
irrenunciable, supone un incógnita a la vista de las equívocas manifestaciones que han insinuado al respecto
sus líderes.. Es como un espejismo romántico,
como lo fue la ilusionante llegada al poder del PSOE, pero que se ha convertido
en decepción, pues la política española
actualmente es una charca para oportunistas y corruptos. Podemos aparece como el partido
regeneracionista del nacionalismo absorbente español que proyecta dar un
impulso democrático a sus estructuras, pero habrá que estar a la expectativa
ante los anhelos de los nacionalismos periféricos con quienes deben negociar..
Tendrá que convencer a catalanes y vascos de que si ganan con suficiente
mayoría, reconocerán su derecho a la autodeterminación y que lo incorporarán a
la Constitución como irrenunciable. De
lo contrario la ilusión será sólo flor
de un día y los vascos no aceptarán de nuevo una imposición que suponga ignorar
sus derechos históricos.
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