miércoles, 3 de diciembre de 2014

DIDACTICA DE LA G. CIVIL DE TRAFICO



 DIDACTICA DE LA G. CIVIL DE TRAFICO
En una conferencia sobre siniestralidad en el tráfico, el ponente se deshacía en elogios a la acción de la Guardia Civil como protagonista  motivador del impresionante descenso de los accidentes de carretera en los últimos tiempos. Valoraba su eficaz didáctica al combinar los mandos el palo y la zanahoria. Es muy dudosa la interpretación de esa eficiencia, pues ha  supuesto  el agravamiento de las sanciones,  generar la instalación de aparatos de radar ocultos, todo ello inserto en una estrategia  basada en la astucia y en tácticas de caza de los que incumplen el código y  en una frecuentemente injusta represión. El instituto armado no valora que la ciudadanía ha elevado su nivel cultural y ha desarrollado su propia conciencia de que las leyes de tráfico deben ser respetadas por convicción y por sentido de la responsabilidad  imprescindible para convivir en sociedad y no a base de amenazas o argucias de  fuerzas militares a las que se les que, extrañamente, se asigna una misión de contenido marcadamente civil.. Que un instituto armado desarrolle su estrategia de control a base de  radares ocultos para detectar infractores no deja de ser un medio que se pone a disposición de  poderes fácticos que consideran a los conductores como potenciales infractores a los que espiar con métodos propios de quien desconfía de la  seriedad de una población adulta a la que somete a unos procedimientos que irritan, como son los férreos y molestos controles  de carretera.. En ellos  agentes  en actitud amenazadora de superioridad, con armamento dispuesto a usarlo y sin consideración  a que están al servicio de la población civil, por tanto, que esas armas que manejan para intimidar les son entregadas , no para agredirles, sino para  ponerse a su servicio y muestren  el respeto que se merecen los ciudadanos. Claro, la realidad es que la psicología de un cuerpo militar al relacionarse con civiles siempre tendrá la importante carencia de que sus miembros sean capaces de reflexionar por su cuenta y valoren la disciplina y el orden  por encima de la cultura, la libertad, la democracia y esos extraños y caducos méritos civiles considerados en la vida militar como  germen de debilidad de un país que olvida virtudes  militares, como el patriotismo, la disciplina a ultranza o que la jerarquía y el poder son indiscutibles porque proceden de Dios. No cabe duda de que el progreso y el respeto a la ley está relacionado íntimamente con el nivel cultural de la población y no en sanciones ni imposiciones..



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