jueves, 18 de diciembre de 2014

MASACRAR NIÑOS/AS EN CONFLICTOS ARMADOS



MASACRAR A NIÑOS/AS EN CONFLICTOS ARMADOS.
Ofende la sensibilidad más elemental que se haya producido tal cantidad de víctimas infantiles en  atentado en una escuela en Pakistán. Necesitan tener  mentes tan  abyectas los inductores para decidir una operación con tal dosis de crueldad, que  desmoraliza respecto al escaso valor que se otorga a las vidas humanas. Argumentan los descerebrados autores que es en respuesta a las operaciones militares de castigo  que está realizando el ejército contra la población civil simpatizante de Al Qaeda y que, según crónicas,  hacen gala de toda carencia de humanismo. No será este el medio para dar solución a este carrusel de la muerte en el que se ha convertido aquella zona. Los medios de comunicación prooccidentales ya se ha apresurado a sacar réditos políticos y a magnificar  esa tragedia que supone aprovecharse estratégicamente del dolor que se causa con estas inhumanas operaciones, en beneficio de sus objetivos políticos. Sin embargo, ofende a la inteligencia y a la sensibilidad que en operaciones más crueles como han sido las ejecutadas por Israel en las sucesivas masacres en las reiteradas invasiones en Gaza contra los palestinos en las que han muerto muchos centenares de niños cazados como si fueran alimañas en sus destruidas viviendas, los medios de difusión se hayan limitado a la noticia escueta, justificando que son operaciones militares llamándolas “daños colaterales”, como si los niños y niñas palestinos constituyeran enemigos a abatir como un objetivo.  El dolor que causan las víctimas inocentes de Pakistán no puede ser coartada para ejercer el juego de equilibrios militares entre enemigos, pues las vidas de los niños no son, no pueden ser, elementos de intercambio para negociar. Por eso, es intolerable que  sobreactúe la prensa en el caso de las bestialidades de Al Qaeda recientes, pero que se oculten las” valerosas  hazañas” del poderoso ejército israelí contra niños y ancianos encerrados en la ratonera de Gaza y que no se les dé el trato equivalente como noticia. ¡Vae victis!



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