EL PSE CONECTA CON LA SOCIEDAD
En la prensa ha aparecido una fotografía en el Parlamento
Vasco llena de glamur en la que aparecen Charly Prieto, procesado porque la
empresa de la que es socio, ha recibido subvenciones por obras no realizadas.
Rodolfo Ares, conocido por “corcho”,
porque ha logrado estar a flote a pesar de las mareas vivas del PSE. Se le ve feliz, a pesar de ser consejero de Interior
cuando la Ertzantza mató en extrañas circunstancias a Iñigo Kabakas, pendiente
de la decisión del juez, quien tiene que estar sorteando los obstáculos de la
Consejería. El tercero es el orondo José Antonio Pastor, bien comido y bebido y
con aire de satisfacción, seguramente porque el PNV ha salvado los muebles al PSE cediéndoles
múltiples cargos. Pero la vedette del
PSE es su Secretaria General, Idoya Medía,a quien se le ha ocurrido publicar una carta en la prensa en la que muestra sin
ambages sus fundamentos ideológicos sobre la violencia en nuestro pueblo. Con expresión confusa, escasa calidad literaria y
llena de alabanzas vacuas, propaga que
su partido condena todo tipo de violencia, que no resiste la más
mínima reflexión crítica al afirmar que rechazan tanto el terrorismo de ETA como
los abusos policiales. Aunque ya aclara que ambas no son equidistantes ni
equiparables. Critica la política de memoria y reparación del actual gobierno de Urkullu porque le
parece que se ha excedido, pues considera que
favorece la posición de ETA. Leer este texto de Mendia puede producir al
lector esquizofrenia, pues conociendo la
historia del gobierno en el que ella fue consejera, uno puede creer que fue el elixir que solucionó los problemas de
los vascos, cuando en realidad lo que debería explicar sería su oportunismo,
legal, si, pero indigno por acordar con el PP, su aparente enemigo, para desplazar al PNV, partido que
más votos obtuvo, para entregar el gobierno al inefable Pachi López, creando
problemas de todo tipo a la sociedad vasca y enconando una salida negociada de
la violencia. Sorprende que afirme
tantas críticas contra el gobierno del
PNV, cuando Mendia sabe que la fuerza de
su partido en Euskadi es puramente testimonial y que los
nacionalistas pueden hartarse dejándoles a la intemperie. Los socialistas
no entienden que la soberbia
provoca y conviene no ir de
perdonavidas sin causa.
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