“EL CORRALITO” DE LINDE.
En escasas ocasiones una personalidad como el Gobernador del
Banco de España ha llegado a tal nivel de estulticia de Luis María Linde. En
buenas manos estamos. Que se haya puesto a mirar para otro lado ante las estafas de los bancos y entidades que deben
ser controladas por el Regulador y se
haya enterado de ello por las noticias de
prensa no tiene importancia, pues el gobierno le ha encomendado la misión de no molestar a los bancos limitándose a mantener encchufada la manguera
de fondos para proteger a los banqueros. Que delante de sus narices sus
inspectores no se enteraran de la emisión de las preferentes, de las black, de
la quiebra de Bankia con Rato y Blesa de protagonistas, de no denunciar la
política suicida del gobierno respecto a los recortes… pero sí para elogiar la
marcha de la economía engañando a los ciudadanos; todo esto no es significativo,
peanuts. Pero cuando Rajoy le manda hacer declaraciones
tenebrosas en el caso en que Cataluña se
independice, en ese sentido ha reaccionado de inmediato: anunciar que si ello
sucediera, sería inevitable el “corralito”
y todos los catalanes verían bloqueados
sus ahorros depositados en los bancos.
Alguien más agudo debió avisarle espantado que quizá serían negativas sus amenazas
de “corralito”, pues supondría propiciar el pánico respecto de la solvencia de
España en los mercados internacionales. Por ello en declaraciones posteriores,
el torpe Linde, sudando tinta, dijo que
se le había entendido mal y que sus palabras se habían sacado de contexto. Claro:
es que los periodistas entienden mal siempre y sacan las palabras de contexto. Y ni
corto ni perezoso empezó a crecerse afirmando que “el corralito” sería
improbable, muy improbable, prácticamente imposible. Seguramente llamaron a
Rajoy indignados de Bruselas al conocer las sombríos vaticinios, por lo que
ordenó a De Guindos que rectificara las pintorescas declaraciones del
Gobernador. Linde fue quien difundió la necesidad de reducir los sueldos a los
trabajadores, aunque él, en plena crisis, se subió el suyo un 5%. Si no fuera trágico sería un buen guión para
un sainete con Montoro de protagonista con su amnistía fiscal, Luis de Guindos,
jurando que las ayudas a la banca no supondrían ni un euro de fondos públicos. Admirable
la precisión de la gestión del responsable máximo del Regulador.
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