lunes, 28 de septiembre de 2015

EL "CORRALITO" DE LINDE



“EL CORRALITO” DE LINDE.
En escasas ocasiones una personalidad como el Gobernador del Banco de España ha llegado a tal nivel de estulticia de Luis María Linde. En buenas manos estamos. Que se haya puesto a mirar para otro lado ante las  estafas de los bancos y entidades que deben ser controladas por el Regulador y  se haya enterado de ello por  las noticias de prensa no tiene importancia, pues el gobierno le ha encomendado la misión   de no molestar a los bancos  limitándose a mantener encchufada la manguera de fondos para proteger a los banqueros. Que delante de sus narices sus inspectores no se enteraran de la emisión de las preferentes, de las black, de la quiebra de Bankia con Rato y Blesa de protagonistas, de no denunciar la política suicida del gobierno respecto a los recortes… pero sí para elogiar la marcha de la economía engañando a los ciudadanos; todo esto no es significativo, peanuts.  Pero  cuando Rajoy le manda hacer declaraciones tenebrosas en el caso en  que Cataluña se independice, en ese sentido ha reaccionado de inmediato: anunciar que si ello sucediera,  sería inevitable el “corralito” y todos los catalanes  verían bloqueados sus ahorros depositados en  los bancos. Alguien más agudo debió avisarle espantado que quizá serían negativas sus amenazas de “corralito”, pues supondría propiciar el pánico respecto de la solvencia de España en los mercados internacionales. Por ello en declaraciones posteriores, el torpe Linde, sudando tinta,  dijo que se le había entendido mal y que sus palabras se habían sacado de contexto. Claro: es que los periodistas  entienden mal  siempre y sacan las palabras de contexto. Y ni corto ni perezoso empezó a crecerse afirmando que “el corralito” sería improbable, muy improbable, prácticamente imposible. Seguramente llamaron a Rajoy indignados de Bruselas al conocer las sombríos vaticinios, por lo que ordenó a De Guindos que rectificara las pintorescas declaraciones del Gobernador. Linde fue quien difundió la necesidad de reducir los sueldos a los trabajadores, aunque él, en plena crisis, se  subió el suyo un 5%.  Si no fuera trágico sería un buen guión para un sainete con Montoro de protagonista con su amnistía fiscal, Luis de Guindos, jurando que las ayudas a la banca no supondrían ni un euro de fondos públicos. Admirable la precisión de la gestión del responsable máximo del Regulador.


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