viernes, 18 de septiembre de 2015

DE LA CLASE MILITAR



DE LA CLASE MILITAR
Es difícil entenderse con un colectivo  en el que priman principios tan escasamente reflexivos  y filosóficos como la fuerza, la violencia y la búsqueda de la aniquilación del enemigo y que su formación  y valores  radican en la eficacia para destruir, de forma que se valora  mejor al profesional que causa más muertes en combate.  Pero en cuanto que seres humanos que poseen valores, se les supone  capaces de sentir compasión por los demás y  sentimientos  de afecto por sus familiares y amigos. Su personalidad es bipolar porque combinan el odio al el enemigo, según proclamó Napoleón;  con los sentimientos naturales y afectos por los seres humanos. Al hilo de esta reflexión,  un ex militar de la CIA decidió abandonar “La Casa” al sentir espantado que su currículo era sólo defendible por un orate o por gente a la que se mediatiza con valores impuestos por medio de sistemas que mediatizan la mente, invirtiendo su desarrollo en sentido opuesto para evitar dudas  sobre la necesidad de lograr los objetivos  que impone el mando.  Una vez preparadas sus mentes, pasan a un proceso de adoctrinamiento con slogans muy elementales, magnificando la importancia de su misión  hasta llegar a considerarla la base sobre la que se sustenta todo el estado y y sus instituciones. Se complementa esta limpieza de mente elevando a religión  valores como la fuerza, la virilidad, el esfuerzo físico agotador, planteándose metas difícilmente alcanzables. Así se les imprime una visión fútil y despectiva respecto de la población civil, que contrasta con  la importancia que otorgan a destruir al enemigo que, según esa mentalidad simple, quiere aniquilar el país que el militar defiende con  fanatismo y que la población rechaza.. En consecuencia la brecha entre el universo civil y el militar  es imposible de superar porque el mando les diseña un mundo endogámico para evitar que se contaminen por la influencia de desviaciones que surgen  inevitablemente al contacto con el mundo de la libertad, de la cultura, del razonamiento como sistema dialéctico de solucionar conflictos y sobre todo por la necesidad de gestionar la paz basada en la justicia. Estos esquemas son incompatibles con los que les inculcan en la fase de lavado de mente y son los que diseñan la personalidad del militar.


No hay comentarios: