“ CONTRERAS”
Define el RAE como “Contreras al individuo que lleva la
contraria en sus actos o en sus palabras por sistema”. Existen muchas clases
cuya única voluntad es provocar el desacuerdo siempre. Los hay simpáticos, que
dan cierta salsa a los diálogos y ponen un toque picante en las tertulias. Aunque
en realidad la gente se pone en guardia cuando se inicia una conversación y hay
un “Contreras”, pues en general éstos no tiene un criterio formado, se limitan
a escuchar a los presentes y los cataloga, para a continuación empezar a
argumentar lo opuesto. No aporta nada, ni siquiera el sentido de sus ideas es aporta
nada positivo, pues suele impedir que el interlocutor finalice su exposición:
él ya sabe que tiene que contradecir lo que escucha, aunque caiga en la trampa
que le tiendan los que le conocen y argumente a
uno lo contrario a lo que defiende con otro. No obstante, suelen ser
rocosos, su apasionamiento por negar lo que su tertuliano afirma le lleva a
tener que hacer malabarismos para disimular sus contradicciones, aunque se suele
limitar a ignorarlas sin que se le mueva un pelo.. Otra especie de “Contreras”,
es el profesional que tiene que contradecir por sistema a su oponente.. Son los
abogados ante los tribunales, los políticos que pueden estar de acuerdo con los
criterios de su contrincante, pero que sus intereses le exigen argumentar lo que sea,
siempre en contra. Es enoso observar a los que se ven obligados a defender un
punto de vista que no coincide con el suyo propio.. Son los polemistas de
prestigio capaz de defender lo contrario
de las convicciones propias y se muestren impertérritos. O sea que viven del
ejercicio del cinismo y de traicionar las ideas propias. El “Contreras” de
cuadrilla o txoko produce rechazo, pero
relativo, pues se le suele escuchar con paciencia, aunque siempre con la
preocupación de evitar afirmar nada que
pueda servirle de base de ataque para expresar su no. En general se les crea
una barrera sanitaria para que no destruyan las conversaciones, pues suelen
tener la facultad de crear bandos ideológicos solo en base a detalles que la
buena convivencia suele obviar cuando el “Contreras” no está. Conviene evitar
temas difíciles de entender si alguno está presente, pues se termina con trivialidades, aunque hasta en esos casos son polémicos.
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