miércoles, 14 de mayo de 2014

STATUS DEL POLITICO ESPAÑOL



STATUS DEL POLÍTICO ESPAÑOL
Se dice que cada pueblo tiene los políticos que en él se crían. No deja de ser una frase que vale para afirmar o negar lo que se quiere expresar y no es así en España. Nuestros políticos tienen un triple origen. Una mayoría provienen de altos funcionarios del Estado o de las Autonomías. Tienen impresionantes libros de escolaridad, han ganado oposiciones muy duras, pero trabajan poco, que se aburren y aspiran al baño de multitudes  de los políticos. No son del pueblo, sino hijos de la endogamia, no tienen riesgo de que les desahucien por impago de la hipoteca, sus hijos van a  colegios de pago y acuden a la sanidad privada, por tanto ignoran lo que supone la supervivencia de la ciudadanía  Además, siempre tienen el puesto de funcionario asegurado si fracasan en la política. Otro colectivo de procedencia lo componen jóvenes que se apuntan a las juventudes de los partidos, que son obedientes y no preguntan. A esos se les manda de concejales de sus ayuntamientos donde se curten y adquieren cierta notoriedad,  logrando ascender a diputados autonómicos y finalmente llegan a Madrid para hacer recados en el partido y apretar el botón que le ordena su portavoz en el Congreso.  Finalmente están los ambiciosos que han descubierto que es fácil hacer carrera en la política sin tener que ganar ninguna oposición y  conseguir un puesto de trabajo cómodo, bien remunerado para el que no hace falta tener ningún conocimiento y sí mucha ambición y astucia. Es curioso que los que verdaderamente poseen vocación de servicio a la comunidad no entran en la política porque ven que lo que existe en el sistema es sólo una merienda de negros que sirve para alimentar ambiciones sin preocuparse de la colectividad. Muchos de los políticos que tenemos se hallan procesados por corrupción, aunque se consideran inocentes y dicen que son los “otros” los aprovechados. Sin autocrítica porque no distinguen siquiera que la ética les obligaría a denunciar a otros políticos que saben que son corruptos en cualquiera de sus múltiples modalidades. Una de ellas sería no denunciar a alguien que sabe que es corrupto. Claro que es un marrón que no quieren descubrir por una errónea interpretación de lo que significa  acusar a corruptos.. Además, los que quieren actuar con honestidad tienen la salida fácil de dimitir de su puesto aduciendo que no se cumplen los programas electorales del partido, aunque fuera suele hacer mucho frío. Hasta que no haya una regeneración total de la vida política y social del país tendremos que pensar que una vía para dinamizarles es la abstención: que voten ellos y sus compañeros de partido.

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