DE AFORADOS E INDULTADOS.
Fuentes oficiales informan que en España hay diez mil aforados: son personajes de la
vida pública que por sus cargos tienen el privilegio de no poder ser juzgados
por delitos que cometan salvo que lo sean por jueces especiales, por tanto eluden
el principio constitucional de que todos los españoles son iguales ante la ley.
El fundamento filosófico de esa prerrogativa.- dicen- es garantizar la libertad
de expresión de los que rigen la política.
Para que se pueda valorar esta
situación abusiva respecto de la legislación comparada, en Francia sólo tienen
ese privilegio diecisiete políticos. En USA,
Alemania, Reino Unido, nadie. En Portugal e Italia sólo los Presidentes de la
república. Esta ventaja de excepción la
ciudadanía española la considera
abusiva y es lo que contribuye a que se tenga una opinión muy negativa de la
clase política. Los aforados actúan impunemente porque saben que sus múltiples delitos
por corrupción, por tráfico de influencias, por enriquecimientos ilícitos o por
infinidad de fraudes de ley saben que no les serán enjuiciados. Realmente, a
pesar de ello, en estos momentos hay más de 1600 políticos procesados, pero
sólo han pasado por prisión 20. Pero el Gobierno, además, dispone de la
iniciativa legal de indultar a presos que crea conveniente, sin tener que razonar
los motivos, pues es un derecho que la ley ampara. Dicha potestad proviniene de épocas inmemoriales del
absolutismo como prerrogativas reales que
posteriormente han pasado a los gobiernos. Así es que se indulta a ministros
condenados por delitos de homicidio, generales que han ordenado operaciones
mortales, policías condenados por torturar a detenidos, personajes que se han
enriquecido blanqueando fondos procedentes del narcotráfico o banqueros que han
sido condenados por estafa e incluso otros que han sido detenidos por conducir
habiendo consumido drogas. En realidad ahora se recogen las consecuencias de los
polvos de la chapuza que la tan
celebrada Transición, convirtiéndose en lodos que obligan a ocultar
vergonzosamente a herederos impunes del franquismo a los que se tuvo que perdonar con leyes de punto final a quienes
repentinamente se convirtieron en demócratas de toda la vida y a los que los diversos gobiernos han indultado aplicando
leyes que tribunales internacionales han catalogado de ilegales. Maquiavelo lo
denunciaba: “Un Estado corrupto no puede ser salvado aunque tenga las mejores
leyes y la Constitución más racional”
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