SITUACION LABORAL DE LA JUVENTUD
Las estadísticas relativas a la actividad laboral de los
jóvenes son sobrecogedoras y lo peor es que la sociedad se ha acostumbrado a quitar
importancia al drama.. Esta
sociedades tan “críticas y solidarias” produce un tipo de juventud resignada, muy
bien formada técnica y culturalmente, pero que adolece de ingenio y resolución
para salir de la trampa que los poderes públicos le han tendido. Se han pasado
años y años estudiado y siguen, pero sólo como recurso, pues saben que no tendrán un puesto
de trabajo y creen que a base de masters, cursillos y ampliación de
conocimientos los empresarios les van a contratar por su elevada cualificación.
En realidad es una huida de un planteamiento riguroso que deberían hacerse para
solucionar sus vidas. Las empresas en general no necesitan personal muy
especializado ni genial, salvo excepciones, sólo que tengan sentido común y
sean capaces de enfrentarse con personalidad a los problemas cotidianos. En
realidad no contratan personal, pues
les sobran y tratan de ajustar sus plantillas a las necesidades del mercado que
es la variable independiente. El problema es que la mentalidad de los jóvenes,
al no contar con expectativas, su meta es hacerse funcionario con un suelo y un puesto seguros. Han perdido los ideales característicos de la
juventud porque los gobiernos se han encargados de aburguesarles domesticándoles con diferentes placebos a lo
largo de su vida estudiantil, pues el Sistema tiene siempre el temor de que se
repita el Mayo 68 en Nanterre y Berkeley. Es una juventud desestructurada,
individualista que ha perdido la confianza en sí mismo y no tiene pudor de
vivir en casa de sus padres el tiempo que sea, mientras, estudia otra nueva
carrera, hace masters, aunque les falte
el coraje suficiente como para hacerse visibles para exigir los cambios
necesarios y poner en orden lógico una
sociedad que no es capaz de preocuparse por los que serán el futuro del país.
Los poderes públicos pueden tener la tentación de pensar que al estar dominados
y desmovilizados los jóvenes, no hay
riesgos de explosión social; pero se equivocan porque la historia de la
humanidad ha estado siempre en las manos
y en las mentes de élites de jóvenes que pueden movilizar a masas que derriban
gobiernos con los métodos que tengan a mano y sean eficaces para lograr sus
objetivos revolucionarios. Y el gobierno español sigue creyendo que sus
mentiras valen para mantener la chusma a raya.
Que está dormida, no muerta,
señores del PP y PSOE.
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