sábado, 31 de mayo de 2014

PILAR URBANO: "LA GRAN DESMEMORIA"



PILAR URBANO, “LA GRAN DESMEMORIA”
Después de digerir este ladrillo con contenido de escaso interés, salvo el que puedan tener sus protagonistas, y  se ha escrito para rendirles pleitesía y servir de instrumento propagandístico de  figuras  que están de capa caída, sorprenden algunos pasajes que les muestran como grandes hombres de Estado que nada tiene  que ver con la realidad. Esta obra es exhaustiva, que da excesivos detalles de aspectos sin interés, aunque su autora es una periodista que alardea de poseer información reservada,  que busca obsesionada la originalidad y el éxito aportando un tono aparentemente crítico con el rey y  Suárez. Pero pronto se descubre que su objetivo es hacer un panegírico de cada uno de ellos, pues ambos tienen un tufo de ilegitimidad. Describe al rey como un dinámico jefe de estado que mueve y moderniza al país para colocarlo en la órbita de las democracias consolidadas, cuando la realidad cotidiana de los hechos muestra que tiene  una personalidad infantil, sin ideas ni objetivos que no sean los de mantenerse en el trono. La figura de Suárez se nos aparece como un jefe de gobierno dinámico e inteligente al que los poderes fácticos le eligen para realizar la Transición sin sangre ni demasiado ruido y que ofrezca un tono de reconciliación y amable en Europa y USA, pero sin que se ponga en tela de juicio quienes fueron y son los vencedores, si bien maquillados convenientemente, pero sin permitir  limpiar las cloacas. Suárez vivió del Movimiento y lo lideró sin que tuviera la menor intención de transformarlo y menos aun de dinamitarlo. Cuando se diluye el chiringuito, entonces sí, entonces le sale la vena democrática,  imponiéndose en movimiento trepidante para lograr que lo importante permanezca estable, pues para ello se hizo la Cruzada.. Todo ello con la inestimable ayuda de “demócratas de toda la vida” sobrevenidos y  la de la oposición que intuye que puede tocar poder y salir aclamados a la calles. Así es como se demuestra que la Transición fue un fraude y que ahora salen del fondo las consecuencias como el fango. porque el republicanismo ya es imparable y los causantes de la crisis han empezado a ser juzgados. Los demócratas de toda la vida y los de la oposición que aceptaron el engaño, “repentinamente” descubren que no saben qué hacer  para continuar viviendo del presupuesto cuando éste está arruinado a causa de los compromisos ocultos asumidos para aquel montaje de la Transición..

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