LAS DIPUTACIONES FORALES ESTAN FELICES.
Las Diputaciones Forales han informado que la recaudación
está creciendo considerablemente, lo que les produce una sensación de euforia.
Por lo visto deben ignorar que esos mayores ingresos los pagamos los contribuyentes,
por tanto, su alegría se corresponde con la insatisfacción que ello produce al público al reducírsele su
renta disponible. Quiere decirse que para
las Diputaciones lo que importa es que se recaude, aunque sea a costa de
empobrecer a los contribuyentes hasta dejarles insolventes. En realidad un
sistema fiscal justo exigiría que la mayoría de la población debería pagar menos impuestos, siendo las grandes
fortunas las que pagaran más., pues el
principio de la justicia fiscal indica que debe pagar más el que más tiene.
Claro que el sistema está diseñado para
que las cargas fiscales recaigan principalmente sobre los contribuyentes que
disponen de escasos medios para defenderse, en contraste con los que disponen
los poderosos para pleitear ante la Administración.
Esta, aparentando que tratan de ser justas y garantistas, permiten a los ricos
infinidad de recursos y astucias formales, lo que en realidad supone retrasar
indefinidamente sus sentencias por delitos fiscales. El exceso de garantismo es
un velo que las leyes prevén para favorecer a los ricos. Ya quisieran los
contribuyentes corrientes disponer de tantos procedimientos dilatorios que
permiten las leyes para retrasar las
sentencias y después hacérselas cumplir. Porque, además, los inspectores fiscales
actúan con fiereza para capturar al pequeño defraudador porque pide “una
factura sin IVA” i no declara ingresos de miseria que recibe en “B”, aunque el
efecto global a la hora de la recaudación sea insignificante. Sin embargo, ante
el poderoso cambian mostrándose sumisos
y garantizando un tratamiento permisivo exquisito a base de admitir recursos y
subterfugios para que los juicios por delitos fiscales palmarios y sus
sentencias se retrasen hasta quedar sin efecto real. El argumento de la
Administración es que si se les presiona en exceso se llevarán sus fortunas a
Suiza o a algún Paraíso Fiscal con la inestimable ayuda de la banca a la que
hemos salvado de la quiebra con fondos procedentes de nuestros impuestos. Decía
Victor Hugo:”Ser bueno es fácil, lo difícil es ser justo”.
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