EL CELO DE LOS MOSSOS D´ESQUADRA.
Según manifestaciones del Consejero de Interior y el
Director General de dicha policía, Manel Prat, los Mossos d´Esquadra es una policía
profesionalizada, excelentemente preparada, que garantiza la seguridad y
libertad de la ciudadanía. Es de destacar que el Consejero de Interior de la
Generalitar, Ramón Espalader, ha dejado caer a Prat para salvarse de las innegables
responsabilidades que debería asumir. .Por cierto que el citado Director General
ha presentado su dimisión por razones “personales”, o sea, horas antes de que le cesen, a causa del exceso de celo mostrado por su selecta
tropa para reprimir las reivindicaciones de la ciudadanía del barrio de Sant.. Afirma
en su comparecencia que ya ha alcanzado su meta profesional y que quiere
orientarse en otra dirección. Estos mossos
cuando realizan sus hazañas bélicas tienen la fatalidad de que siempre hay un duende que con un móvil se dedica a
desmontar con sus tomas las tesis de la defensa
para justificar las frecuentes palizas
que propinan., Cuando se dedican a
torturar en las comisarías a detenidos está detrás el “cameraman” que da
publicidad a sus “proporcionadas” acciones y las pone en los medios sociales.
Además, y cuando varios agentes dieron
una solemne paliza a una persona a causa de la que falleció, allí estaba el
fotógrafo “cojonero” para desmontar el puzle que justifica su “equilibrada”
acción, a juicio del Consejero Espalader. Muchos de los experimentados mossos provienen
del prestigioso cuerpo de los “grises”
que se formaron durante el régimen de la “democracia orgánica” del Caudillo. Lo
que ha rebasado el vaso de la paciencia del Director General por lo que ha
dimitido, ha sido la actuación eficaz en la operación de demolición de un
edificio invadido por grupos de
“temibles okupas” que respondieron a las cargas policiales arrojándoles flores
y confetti, lo que obligó a los mossos a
responder ante el peligro que generaban esos grupos de “violentos” que se dedicaban a actividades
culturales y lúdicas que eran populares y apreciados por la ciudadanía del
barrio de Sant. Desde luego las autoridades municipales de Barcelona y la
Consejería de Interior de la Generalitat han actuado con la prudencia y la
agudeza adecuada para lograr que se haya extendido un clima de agitación a toda Catalunya,, mientras, en Madrid se
frotan las manos y acusan a los catalanes de que para sus reivindicaciones .nacionales utilizan la
violencia. Se deberían pedir responsabilidades a los políticos que no han
sabido apagar la tensión oportunamente y ahora deben apechugar con el marrón. Se
quejaba Romanones “!Qué tropa, joder, qué tropa!”
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