MUNILLA Y LA CONFERENCIA DE PAZ DE DONOSTIA
El Ayuntamiento de Donostia ha `promovido una Conferencia
para apoyar la Paz y la Reconciliación que tan necesaria es para pacificar y
rebajar las tensiones acumuladas entre bandos enfrentados desde hace medio siglo.
El alcalde, Juan Carlos Izagirre, está desarrollando una meritoria labor de
divulgación y y estímulo entre los diferentes agentes que pueden apoyar y
contribuir a que la Conferencia sea un éxito y estimule la
convivencia pacífica entre la ciudadanía. El Obispo Munilla en su homilía del
domingo mencionó: ”los foros de diálogo por la paz que excluyen a las víctimas
del terrorismo carecen de la necesaria autoridad moral”. Que “ la conferencia de alcaldes por la paz
organizada por el consistorio donostiarra es poco seria” Descalificar una iniciativa de paz por parte
del obispo cuya misión debería ser estimular la reconciliación supone para los creyentes en el mensaje evangélico
partir de sectarismos que se deben considerar contrarios a la voluntad de
reconciliación con la que las autoridades municipales de Donostia están
trabajando sin poner condiciones ni excluyendo a nadie que esté dispuesto a
colaborar en la misión de paz que se
proyecta. Se echaría de menos, sin embargo, la falta de iniciativas serias del
Obispo de Donostia para dinamizar a la población y generar espacios para la paz
y la reconciliación. A los que se manifiestan creyentes la homilía del obispo
les duele que en ella se critiquen iniciativas tan valiosas y constructivas por
parte de una de las
protagonista afectada por el conflicto y
se ofrezcan generosamente a dialogar sin exclusiones previas. Y en actitud
plenamente constructiva. El Obispo
Munilla con sus críticas a la iniciativa de paz del Ayuntamiento contribuye a
desacreditar una vez más a la Iglesia entre la población que busca con
sinceridad la paz y cuyo fundador proclamó con pasión el amor y el perdón. Sería bueno que leyera a Juan 13: 34-35 “En esto conocerán que sois
mis discípulos en que os amais unos a otros”. Y recomendarle leer el libro de
Hans Küng ¿Tiene salvación la Iglesia?l
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