miércoles, 21 de agosto de 2013

MARIA DOLORES DE COSPEDAL Y MARIO CONDE



MARIA DOLORES DE COSPEDAL Y MARIO CONDE
Parece un silogismo que los seres que se muestran más deslumbradoramente inteligentes son los que más yerran, quizá por ir sobrados y por no valorar correctamente la fuerza del enemigo. Esa actitud entre  soberbia y ocurrente debe ser un error que suelen  cometer los Abogados del Estado, tal como le sucedió al Sr. Mario Conde, número uno de su promoción, que en su comparecencia ante la Comisión del Congreso nombrada para investigar el caso Banesto, se mostró irónico e hizo muecas graciosas a los diputados presentes, lo que seguramente le supuso la estancia gratuita en  dependencias del Estado durante varios años.
No cabe duda que a Doña María Dolores se le puede calificar de excepcional en todas las facetas de su vida. A su indudable elegancia y estilo hay que añadirle su desparpajo y dialéctica para cautivar a quien la escucha o con quien dialoga. Su carácter apasionante y su capacidad de convicción la han colocado en la frontera entre lo humano y divino. Sus oponentes tiemblan cuando esta dama expone sus argumentos tan contundentes y bien construidos.  Si a todas esas virtudes se le añade que es Abogada del Estado y se expresa como Cicerón en el Foro Romano, no es extraño que su actitud ante el público asemeje a un ser sobrenatural con capacidad intelectual mítica.... En una rueda de prensa María Dolores manifestó categóricamente: “este partido no acepta chantajes” o que “mi partido está muy tranquilo”, aunque al cabo de breves días tuvo que cambiar de discurso porque aparecieron documentos inesperados incriminatorios contundentes que comprometieron de pleno la estrategia defensiva del partido. En varias intervenciones ante la prensa ha negado todo lo evidente y lo ha hecho con plena capacidad de convicción y seguridad, aunque esa confianza le está perdiendo, pues se le encomendó su presencia en varis comparecencias ante los periodista en  ruedas de prensa para evitar que el bochorno salpicara a Rajoy, quien para esos instantes ya estaba impregnado de detritus,  de dudas y había hecho declaraciones  grotescas. Se confió en su capacidad didáctica como Secretaria General: con qué suficiencia se expresaba, qué mis en scène tan original, se le veía imparable. Pero, siempre el maldito pero, al responder a una pregunta  sobre la baja del partido de Don  Luis Bárcenas, su subconsciente le traicionó y con palabras dubitativas fue  ese el  instante glorioso en el que expresó su ya legendaria sentencia: “la indemnización fue pactada en diferido o simulada…..” Para qué glosar esas palabras que serán inscritas en el frontispicio de Génova, 13?. Para la Sra. Cospedal y don Mario Conde una humilde sugerencia desinteresada del cínico:: “no es lo mismo ser inteligente que listo”

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