MARIA DOLORES DE COSPEDAL Y MARIO CONDE
Parece un silogismo que los seres que se muestran más deslumbradoramente
inteligentes son los que más yerran, quizá por ir sobrados y por no valorar
correctamente la fuerza del enemigo. Esa actitud entre soberbia y ocurrente debe ser un error que
suelen cometer los Abogados del Estado, tal
como le sucedió al Sr. Mario Conde, número uno de su promoción, que en su
comparecencia ante la Comisión del Congreso nombrada para investigar el caso
Banesto, se mostró irónico e hizo muecas graciosas a los diputados presentes,
lo que seguramente le supuso la estancia gratuita en dependencias del Estado durante varios años.
No cabe duda que a Doña María Dolores se le puede calificar
de excepcional en todas las facetas de su vida. A su indudable elegancia y
estilo hay que añadirle su desparpajo y dialéctica para cautivar a quien la
escucha o con quien dialoga. Su carácter apasionante y su capacidad de
convicción la han colocado en la frontera entre lo humano y divino. Sus
oponentes tiemblan cuando esta dama expone sus argumentos tan contundentes y bien
construidos. Si a todas esas virtudes se
le añade que es Abogada del Estado y se expresa como Cicerón en el Foro Romano,
no es extraño que su actitud ante el público asemeje a un ser sobrenatural con
capacidad intelectual mítica.... En una rueda de prensa María Dolores manifestó
categóricamente: “este partido no acepta chantajes” o que “mi partido está muy
tranquilo”, aunque al cabo de breves días tuvo que cambiar de discurso porque aparecieron
documentos inesperados incriminatorios contundentes que comprometieron de pleno
la estrategia defensiva del partido. En varias intervenciones ante la prensa ha
negado todo lo evidente y lo ha hecho con plena capacidad de convicción y
seguridad, aunque esa confianza le está perdiendo, pues se le encomendó su
presencia en varis comparecencias ante los periodista en ruedas de prensa para evitar que el bochorno
salpicara a Rajoy, quien para esos instantes ya estaba impregnado de detritus, de dudas y había hecho declaraciones grotescas. Se confió en su capacidad didáctica
como Secretaria General: con qué suficiencia se expresaba, qué mis en scène tan
original, se le veía imparable. Pero, siempre el maldito pero, al responder a
una pregunta sobre la baja del partido
de Don Luis Bárcenas, su subconsciente
le traicionó y con palabras dubitativas fue ese el
instante glorioso en el que expresó su ya legendaria sentencia: “la
indemnización fue pactada en diferido o simulada…..” Para qué glosar esas palabras
que serán inscritas en el frontispicio de Génova, 13?. Para la Sra. Cospedal y
don Mario Conde una humilde sugerencia desinteresada del cínico:: “no es lo
mismo ser inteligente que listo”
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