sábado, 29 de agosto de 2020

VILLAREJO: ESCUPIR AL CIELO

 VILLAREJO: ESCUPIR AL CIELO.

Los servicios secretos constituyen  jaurías que crean los estados para asegurarse la impunidad de sus actuaciones ilegales y defenderse de los riesgos que provienen del   exterior. Pero existe el peligro  de morder la mano que les alimenta y  pueden constituir  un peligro para la estabilidad del estado al que sirven. Sería imposible detallar, sin embargo, los errores que cometen, pues la sensación de inmunidad les convierte en aparatos  torpes que   provocan  crisis  sin solución  abriéndose  juicios en los que salen a la luz  secretos  que se negaban.  Son los riesgos  cuando no se han depurado las cloacas heredadas del franquismo y se amnistían delitos que impiden la paz:  el monstruo que  devora a sus hijos. Pero aún son  más  tenebrosas  las mafias policiales que se crean    contraviniendo  toda norma legal  y que se dedican a “solucionar” asuntos   que no la tienen.  Y no sólo es la actuación   en   la lucha contra el así llamado terrorismo que ha  debilitado    la imagen  de la democracia  española en el extranjero. Se trata  de la historia del comisario  Villarejo   que se ha convertido en una  bomba de relojería a juzgar por  lo  hasta ahora  ha vomitado  y de lo  que aun  anuncia que tiene en cartera.  Le han tenido que encarcelar para que cese de filtrar información de alto voltaje, pero aun desde la prisión tiene el ventilador en marcha y ya  ha provocado  la abdicación del rey emérito   y publicado  todas sus  aventuras de dinero y faldas   que han puesto en peligro incluso  la monarquía y ha creado  la sensación de que el gobierno  PSOE-Podemos  no  sabe cómo  apagar tantos incendios, salvo agobiar a la ciudadanía aterrorizándola con la información truculenta del Covid 19. Ahora lo que se quiera  activar  para salir del abismo  es simplemente  escupir al cielo. Habría que esperar que Podemos se desembarace  del abrazo del oso de Sanchez  y evite los riesgos ciertos que se ciernen sobre los responsables. Incluso Villarejo  ya ha  vinculado   a Iglesias en  sus relatos envenenados.  

 

 


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