sábado, 22 de agosto de 2020

SEMBRAR VIENTOS, RECOGER TEMPESTADES

 SEMBRAR VIENTOS, RECOGER TEMPESTADES.

Lamentablemente la  judicatura  española  está de rabiosa actualidad y no  por cumplir con su excelsa misión de impartir justicia  , sino porque  sus sentencias son revocadas por tribunales europeos por su particular forma de interpretar los principios  del derecho, aunque cumple con extremo rigor   las leyes que conforman la legislación española  y es lo que constituye su calvario a la hora de ser  interpretadas por    los tribunales   internacionales. Ahora el turno es del Supremo: un tribunal belga niega a España  la extradición de Lluis Puig ,ex consejero de Cultura de la Generalitat, porque acusa al juez del Supremo, Pablo Llarena,  de carecer de  competencia para ello al no existir aforamiento. Le explica que debía haberlo pedido un tribunal catalán.  Sería escarnio hacer un relato de los revolcones que están soportando los diversos tribunales españoles cuyos jueces que los   componen    necesitarían  un curso acelerado sobre  rudimentos  del derecho y a  tramitar la documentación para coordinar  los juzgados españoles con los de los  diferentes países con los que se relacionan habitualmente. Aunque quizá,  sería preferible  seleccionar un  equipo de jueces que hayan viajado por el extranjero,  sepan idiomas y asuman que saber de memoria tantas leyes no es condición imprescindible para ser juez, sino  una limitación. Así podrían acceder a los diferentes órganos judiciales  y a las facultades de derecho de Europa para que moderen su  autoestima, tal como se evidencia en los frecuentes autos en los que los tribunales europeos revocan  las sentencias de los españoles  más significativos  a veces por causas tan prosaicas como ignorar  trámites elementales que obligan a   sobreseer expedientes  desdeñando a magistrados  que en España son reverenciados, pero que tienen que pasar por la humillación de ver sus sesudas sentencias invalidadas. Aunque son  más sangrantes las que   afectan a los principios del derecho. La justicia española, como dijo un político andaluz, “es un cachondeo”


No hay comentarios: