jueves, 13 de agosto de 2020

HOMENAJE A NUESTRO BARDO IPARRAGIRRE

 HOMENAJE A  NUESTRO BARDO IPARRAGIRRE.

 

Leo la documentada   y  oportuna semblanza de Jon Kortazar  para celebrar el 200 aniversario del nacimiento del   gran   compositor   de  Urretxu  al que  lamentablemente sólo se conoce por  ser el autor  del popular canto patriótico   Gernikako Arbola y algunas otras composiciones  más.    Soy  aficionado a la música y  en espacial a  la vasca y  tengo poco que añadir  a la  interesante biografía y análisis  de Kortazar. Pero sí  quisiera  expresar   mi protesta  por la falta de sensibilidad que tradicionalmente han mostrado  las instituciones vascas  respecto de los acontecimientos culturales en general, pero aun  es más dolorosa   la  ignorancia  respecto a las biografías de   personalidades vascas   de la cultura y de las artes.  Además, en el caso de Iparragirre  tiene  el valor añadido de  su  patriotismo  que  lo evidencia  a lo largo de su existencia en diversas facetas tanto políticas como culturales, pero su obra y  biografía  ni siquiera con ocasión de los dos siglos de su nacimiento  han  tenido la menor  difusión popular, lo que es una muestra del  desprecio de las autoridades hacia los acontecimientos culturales.  Es que nuestros próceres confunden  cultura con  conocimientos:  la cultura sólo aporta felicidad  si se sabe cultivar, en cambio los conocimientos  se adquieren en función de la rentabilidad  y popularidad  que de ellos se obtengan.  Nuestro clase selecta  valora la cultura en función de factores  tan prosaicos como el efecto ostentación que produce  por acudir a espectáculos como  la ópera o  los conciertos de las orquestas por los que se ha de pagar por asistir dando una imagen de pertenencia a una élite   distante de la cultura popular  que se cultiva en el pueblo  que  no  valoran  las autoridades, aunque sí subvencionan porque atrae a la ciudadanía y aporta réditos en las elecciones. Sería aconsejable que nuestros políticos conocieran el ambiente cultural   popular de países como Austria, Alemania, Polonia, etc, donde se veneran los artistas que son la vanguardia de los movimientos   culturales populares.  Iparragirre se merecía algo más, mucho más, pero  era sólo un músico.

 

 

 

 

 

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