EL PATERNALISMO MUNICIPAL DE ABURTO.
El alcalde de Bilbao ha prometido no subir los impuestos y tasas municipales el año próximo. Es evidente que es una medida positiva, pues manifiesta sensibilidad de las instituciones públicas respecto de la ciudadanía que es la que contribuye con sus impuestos para crear una sociedad más justa y solidaria, si se tiene en cuenta que los ingresos municipales van a mermar fuertemente, pues también ha descendido los de los contribuyentes. En todo caso es una decisión lógica, pues el IPC esperado incluso puede ser negativo y es el factor de actualización de los precios. Sin embargo, es de esperar recortes en los servicios y en su calidad, pues un cálculo elemental lleva a esa conclusión si se tiene en cuenta que los ingresos se reducen y las necesidades de servicios crecen como consecuencia de la mayor demanda fruto de la crisis. Claro que un ayuntamiento progresista debe hallar nuevas fuentes de financiación en nichos sociales con altos niveles ingresos y que es de justicia que contribuyan a conpensar la menor recaudación municipal, teniendo en cuenta que habrá que apoyar a colectivos especialmente afectados por la crisis económica reduciendo los impuestos y tasas que les gravan. Además, es imprescindible una revisión inteligente y responsable de los gastos municipales, muchos de ellos o al menos racionalizarse como se exige en las economías domésticas. Evidentemente no es aceptable el recurso fácil de hacer rebajas lineales, pues según sea el criterio que se emplee es dónde se aprecia el carácter progresista de una corporación que vela por sus ciudadanos. En todo caso deberían paralizarse temporalmente las obras faraónicas y superfluas en marcha, muchas de ellas se iniciaron en fases de auge.
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