LA IMPORTANCIA DEL VOTO REFLEXIVO

 LA IMPORTANCIA DEL VOTO REFLEXIVO.

En estos momentos de incertidumbre el ciudadano debe ser consciente de la capacidad que posee con el derecho al voto para evaluar a  quienes gestionan crisis de  la pandemia. Podrá sancionar a los políticos que  han dado carácter banal y tratando  como simple estadística a la espera de que escampe a temas  como  el  número de  muertos y contagiados. Podrá   analizar las razones por las que los sanitarios no están equipados con los medios inmunológicos imprescindibles. Valorará los motivos por los  que España tiene  tasas de las  más elevadas de infectados y muertes y las razones por la que  la prensa lo trata como  maldición bíblica y sin  la importancia que se le da en otros países. Anaalizará la falta de  fondos para mascarillas, batas, respiradores e  investigación y que  al ejército se le reserven 30.000 millones para regar y barrer  las calles interfiriendo en la misión de  barrenderos o bomberos profesionales. Sancionará al gobierno por  dar  palos de ciego publicando datos optimistas irrelevantes y en la misma comparecencia  otros pesimistas sin contrastar que derrumban la moral de la población. Descubrirá que la difusión de  Fake News no es delito. Exigirá a los candidatos que le expliquen cómo es  posible que  no haya calibrado el riesgo al mantener a la población   enclaustrada sin fijar una fecha  final previsible con  pérdida masiva de  sus puestos de trabajo y sin ingresos y   no se implementen  programas reales y no celestiales de recuperación de la actividad. Podrá  votar  a  quien promueva  una política valiente de nacionalización de bancos y monopolios. Tendrá en sus manos la valoración de  las políticas de fomento de investigación en sanidad, en especial la atención de los  mayores que  mueren en masa  aislados y desesperados  en  residencias  como jaulas.  Deberá analizar las circunstancias extremas a la que se ha sometido a  la   la ciudadanía  sin expectativas reales   y  pondere  su voto ante  el riesgo de  que pudiera  convertirse en una masa despavorida  a la que  ni ejército ni policía sean capaces  de  controlar a pesar del estado de alarma.