lunes, 4 de mayo de 2020

ITZI. NO VOLVERTE A VER


ITZI -NO VOLVERTE A VER
He tenido el placer de leer dos veces las 235 páginas de la obra que ha escrito mi sobrina Itzi y voy a darle mi opinión sincera.  Lo de la opinión sincera no es un tópico que se acude a él  como un recurso, pues supongo que nadie pensará en  dar una opinión sobre una obra  con la intención de engañar al autor. Y es así, pues después de leer una buena parte del texto me iba percatando de que mi opinión sobre el marido de la protagonista, Fran,  iba siendo cada vez más negativa por su intención de  minusvalorar a   Laura, y al chaval. Lucas. Reconozco que no tengo ningún motivo para  sentir por los protagonistas de la obra  ni afecto ni rechazo, pues tienen el carácter y el perfil que les ha querido dar la autora. Son sus criaturas. Otra cosa sería  que  me hubiera pedido  la  opinión sobre sus personalidades y cualidades humanas. Además, está claro que  Laura no tiene ningún rasgo  autobiográfico de la autora, su familia  o de su entorno, por tanto confieso que es un riesgo prestarse a dar una opinión sobre la obra de una persona con la que me unen relaciones familiares y afectivas como  las que tengo  con Itzi. Y reitero que es verdad lo que afirmo, pero no puedo ocultar que remotamente me queda siempre el sentimiento de que en la obra,  Fran está humillando a mi sobrina y a su hijo y como consecuencia creo que estoy haciendo un juicio negativo  al marido en  favor de mi sobrina, lo que no es lo que me había pedido expresar  sobre su obra. He descubierto que es algo arriesgado emitir una crítica objetiva  sobre algo que ha hecho alguien con quien se tienen lazos afectivos, pues no se puede desligar fácilmente el contenido de  la obra que es el fruto de  la libre  imaginación de una persona con la que se está vinculado de alguna manera. Es que realmente no puedo negar que Fran se me aparece a veces como Mikel, a pesar de que la diferencia es abismal, incluso opuesta absolutamente, pero no puedo evitar vincularles mentalmente  a ambos a pesar de intentarlo  y  que ello constituye un inconveniente. Aun añado más, pues veo que la hermana, Celia, tan decidida y  que existe entre ambas un vínculo  fraternal, me sale Otxu a la que alabo por su manera de ser,  de opinar y  dar consejos a su indecisa hermana. Claro que es fácil dar consejos, sobre todo  cuando es a otros  que  no se lo  piden.  Tampoco oculto que Lucas puede ser perfectamente cualquiera de los  hijos. Respecto a  la madre, a la que le asigna  un protagonismo tan distinto del  que realmente tiene mi hermana Mari Luz sale muy bien tratada, pues es bastante ingenua, más bien insustancial,  poco amorosa y que  no comprende la problemática de la hija,  por eso no me extraña que no se  quiera  abrir a su madre porque no tiene sentimientos como los que conozco  que tiene su madre real, por ello también me ha influido a la hora de ver  el papel que Laura le asigna en la obra  a su madre que para mí es mi hermana.
Este preámbulo tenía que explicarlo, pues  me quemaba y no creo que deba ocultarlo para ser de verdad sincero y ajustado a la misión que gustosamente  me he impuesto que es hacer una crítica lo más objetiva posible y al mismo tiempo  mostrarle mi cariño.
Bueno, ahora voy a empezar a dar mi opinión que expongo con todas las salvedades que arriba señalo, pero con la satisfacción de haber sido distinguido con   la petición de mi opinión por parte de una excelente escritora, pintora, madre, esposa y porque es mi sobrina preferida.
Cuando me propuso que leyera su novela me advirtió que se trataba de una especie de folletín avisándome por si no me gustaba el género. Quizá porque otra anterior que también me hizo el honor de pedirme que la leyera era una policiaca y le advertí que no era un género que tuviera predilección por él.  Fue leal y me avisó para que no me sintiera traicionado. En este caso creo que se ha puesto la venda antes de la herida, pues sinceramente esta  que tengo entre manos es todo un tratado de psicología y describe un argumento complejo que desarrolla con una exquisitez difícil de mantener y evitar que no derive  en el  folletín que es fácil si no se controlan bien las personalidades de los protagonistas que describe. Al menos es lo que siempre me sucede en mis cuentos y relatos. Si quiero ser sincero,  creo haber encontrado algunos pasajes que tienen un toque de tragicomedia italiana que espero poder describir con claridad.
Aprecio que en varios pasajes hay una reiteración en la descripción y me parece que produce  una sensación de agobio que puede sentirla el lector. Sin embargo, como veo que Itzi tiene una técnica literaria muy bien medida y la maneja con gran precisión bien pudiera ser que esa reiteración sea una manera de hacer cómplice al lector del relato y busque su colaboración. Por ejemplo, en el que Fran quiere estimular a Lucas para que estudie más para obtener las mejores notas de la clase y le argumenta razones para convencerle y  el hijo trata de  defenderse de su  presión, aprecio que todo el diálogo mutuo sobrepasa lo que puede tener de interés y se convierte en una sensación del lector que desee que acabe ese pasaje. Pero, como antes indico, puede ser que la autora quiera trasladar  esa sensación del hijo  que está harto de argumentos reiterativos sin límite del padre. Las medidas en los novelistas es una variable muy importantes  que es muy utilizada por los autores  modernos que escriben como si lo hicieran   con un  metrómetro musical..
Vuelvo a reiterar que no es mi objetivo hacer una crítica de las características humanas y morales de los personajes a pesar de que es lo que me sale espontáneamente. Si acaso cuando me invite a comer para enseñarme la casa renovada le propondría analizar las personalidades de los que intervienen en el relato. 
Como ya le he comentado alguna vez, me gusta mucho el estilo sencillo con el que describe los hechos: parece que es muy fácil por la fluidez del lenguaje  y la manera de ordenar los diferentes acontecimientos que va relatando. Quiero decir que tiene un orden mental que muestra  una formación intelectual técnica, lo cual a veces puede ser también un inconveniente al restarle afectos o sensaciones que se transmiten al relato y puede dejar una sensación de  ser fría o  mecánica.  Es sólo una remota sospecha por mi parte, pues inmediatamente aporta a la descripción toda una serie de matices en unas pocas  líneas que me han hecho olvidar  el temor de que lo que esperara que iba  a seguir a continuación  sería   rigidez, pero no, era  una   bonita parábola o una confesión de dolor que le causaba tener que convivir con un hombre al que amaba apasionadamente, a pesar de que deseaba que saliera de su vida como fuera. Y luego, sus debilidades de carácter que le hacían transigir ante  todas las argucias que se le ocurrían a Fran para que no le abandonara. En esos momentos del relato es cuando se me cruzaba mi posición de crítico de una obra con mi sensación de que alguien hería a mi sobrina y sentía que le faltaran  agallas como para abandonarle por el bien de la familia. Esa es la sensación extraña que me ha producido esta novela
 El episodio del viaje a Madrid para visitar a la amiga del alma, Audrey, me parece enternecedor y un canto a la amistad,  pero el flirt  improvisado con el amigo de la  amiga de Laura que cae como una ingenua  en esos breves momentos me parece bastante poco consistente y más apunta a  una concesión para atraer  lectores que busquen el morbo. Es un chubasco  de verano que parece un corta-pega. Realmente dada  su personalidad y estilo le da un tono frívolo que no le corresponde a su estilo.
Me gusta la sensación de cariño y respeto que tiene por Lucas. También él está muy bien descrito, en sus diferentes fases de edad y en función de la relación de admiración que va sintiendo sucesivamente  por su padre, para desembocar  finalmente  en un sentimiento de odio y rechazo por las infinitas exigencias  que le impone para llegar a ser el número uno en todo. Porque creo que  es una situación muy habitual,  sobre todo entre la clase burguesa con profesiones técnicas tradicionalmente  altamente  valoradas por la sociedad y que convierte a las familias en colectivos  que necesitan  el éxito a cualquier precio y no sólo en los estudios: buscan  la excelencia en todo, para ello los padres-madres les someten a todas clases de actividades  extraescolares, les guste o no a los hijos. Los hijos se convierten en iconos que sirven para competir con los demás y buscan que posean las virtudes, conocimientos o facultades  que  carecen los padres.
Decía antes que la novela es un tratado que describe una sociedad muy focalizada en el entorno del Gran Bilbao, pero excluye  Bilbao, pues parce que es para la autora una ciudad a la que viene sólo de compras, a tramitar asuntos,  a tomar unos pichos o visitar a sus amigos o familiares. Bilbao es la ciudad seria e incómoda, pero que  hay un estilo de los que alardean de ser bilbaínos,(sin acentuar la segunda i), pues da un tono especial  y diferente cuando van a Madrid y el acento les delata su origen.. Les sirve para mostrar  un cierto tono el aldeanismo fino que proyectan junto los títulos académicos que tienen,  su afición a la ópera y ser del Athletic.   La familia que forman  Laura y fran tiene un  claro tono burgués sin  ninguna inquietud social más allá de encontrar algún buen terreno o  un chalet alejado de aglomeraciones, pero no demasiado.
La problemática de clase está muy marcada a pesar de que la autora no la refleje más que en  la falta de  dinero suficiente para mantener el tren de vida que desea, pero en cambio es sincera y no oculta los  problemas que esa realidad le provoca. Por eso su situación es agónica pues además de falta de  dinero, tiene el lastre de  un crédito hipotecario al que ha accedido gracias al aval de la madre.  Que por muy simple que es descrita,  ha dado la cara ayudando  a mantener el  sueño de su  hija que considera  mal-casada con un tipo al  que su madre extrañamente  admira, quizá porque es arquitecto, a pesar de que está humillando a su hija. Puede ser que sea la actitud típica de la madre inculta, superficial y  burguesa bilbaína  que prefiere ignorar los problemas a cambio de ceder en todo lo que sea necesario para vivir como una pedorra que le cautivan  las apariencias.
Del guion se deduce una problemática muy rica porque describe el colapso de un segmento de la sociedad de la alta burguesía vasca que tradicionalmente ha tratado muy bien a quienes tienen  profesiones de las élites, pero que aquí, por la crisis,   se ven obligados a emigrar nada menos que países tan poco ejemplarizantes y  retrógrados como los petroleros,  que ignoran  los derechos de las mujeres o  hacen desaparecer a disidentes políticos. Esos miembros de las élites son también víctimas de la crisis económica y social,   les afecta  el paro como a cualquier trabajador  y sufren  los inconvenientes de la proletarización  de una sociedad selecta   e inconscientemente  describe el ocaso de la clase media alta  vasca tan tradicional  que ha sido el fundamento de la estabilidad  y el progreso del País Vasco.
También aprecio  que no hay ni siquiera una leve alusión al factor político, tan crítico en esta sociedad tan politizada y con una problemática tan concreta, que está inserta en un estado miembro  de la UE, que está instalado  permanentemente en la crisis tanto económica como política y de valores, con un grave problema de distribución de la riqueza nacional muy  desigual y que supervive milagrosamente  gracias a  una actividad tan  frágil e inestable  como el turismo de borrachera y balconing y  que es el  tostadero que apasiona a la plebe europea..
Reconozco que  la novela no es un tratado sociológico , que sólo  se limita a describir  la crisis de la vida de una familia   que se derrumba  porque sus valores  están basados en factores vinculados a la prosperidad económica, al éxito  y tradiciones  de clase que parecían inmutables,  pero que quiebran  cuando fallan como en esta interesante  obra,  por, entre otras causas,  la esposa es marginada por el amo y señor posesivo que no entiende que su mujer es capaz de pensar sin la tutela del marido que considera que  su misión en la familia viene esculpida en piedra como  las tablas de la ley.
El título de la novela es bastante poco sugerente y complicado de leer. Alguien dijo alguna vez que el título, el prólogo y el índice supone el 50% del éito de un libro.
El final lo considero bastante  ingenioso porque no me era posible pensar que Laura  tuviera instintos asesinos aunque se lo mereciera. La autora ya había ido  preparando el montaje desde el principio para que se despeñara en Sopelana. Por cierto,  es curioso que el chalet en que  se desarrolla el drama lo conozco bien por dentro y por fuera, pues allí l realmente veraneaba José Mari Garibi Undabarrena, que fue el abogado de la empresa naviera en la que yo trabajé..



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