jueves, 28 de mayo de 2020

INCUMPLIR LA LEY TAMBIEN ES ABUSO


 INCUMPLIR LA.LEY TAMBIEN  ES  ABUSO
Una patrulla de la Ertzaintza ha provocado  un espectáculo que contribuye aun  más  a su descrédito ante la ciudadanía. Según  noticia de prensa, un joven se acercó a los agentes  gritando ”tengo coronavirus”. Fue arrestado acusándole de atentado contra la autoridad. Inmediatamente  una mujer se interpuso  obstaculizando el operativo argumentando  que era su madre y que su hijo  padecía una enfermedad. No sólo no  fue atendida, sino que  también fue arrestada usando la fuerza  y llevados ambos a comisaría. El espectáculo se difundió inmediatamente a través de las redes sociales,  pues fue  grabado desde los balcones. En  el video  se   escuchaban  gritos desgarradores de la madre  “que está enfermo”, así como los de  de la gente que acusaban a los ertzainas  de  brutalidad y  abuso policial en  su actuación,  por lo que   les amenazaron con detenerles. SOS Racismo ha hecho pública  una nota condenando la violencia  policial desmedida,  la falta de sensibilidad y  la carencia de preparación  psicológica para  discernir con criterio las circunstancias humanas  que concurrían  en un hecho que era evidente que no  debía  solucionarse por  la fuerza. Era manifiesto el rechazo general de  la ciudadanía que siguió indignada el desarrollo de  este episodio   lamentable que una vez más demuestra que la seguridad ciudadana tiene que fundarse  en criterios humanos y psicológicos,  desterrando el recurso fácil de  la violencia   que enciende más los ánimos, lo que exigiría  corregir los errores o excesos de la tropa que reacciona sin analizar las consecuencias. Su sensación de impunidad    ante la tolerancia, incluso incitación de los mandos y no sancionarlos ejemplarmente es lo que  envalentona a estos   provocativos agentes que demuestran  importantes carencias  en su  capacitación profesional y   que lamentablemente  resulta ya norma en su actuación y contribuye  a su  descrédito entre la ciudadanía que  evidencia  que han aprendido de sus primos hermanos de la guardia civil y  policía armada.  La realidad es que  para estos resultados  resulta inútil  la  creación de este modelo  policial tan desproporcionado y sin  capacitación real para  solucionar el problema  estructural de la violencia política vasca que tiene su origen en la falta de reconocimiento del derecho a la autodeterminación. Se echa de menos la opinión crítica  de los sindicatos policiales que se limitan a  la defensa de sus derechos y privilegios.




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