jueves, 19 de marzo de 2020

MENSAJE DE RESPUESTA A CHITO


MENSAJE DE RESPUESTA AL QUE ME HAS MANDADO.
Respondo a tu sorprendente mensaje en el que me comunicas que me borras de tu whatsapp y que no volverás a molestarme,  a lo cual no tengo nada que contestarte pues estás ejerciendo tu libertad. Por lo que deduzco esa decisión se debe a que no he respondido  a tus mensajes. La verdad es que ignoro qué es lo que tendría que decirte, pues ya te comuniqué mi disposición y condiciones para la reconciliación.
Estoy dispuesto a perdonarte todas las injurias que he recibido de ti, pero no está en mi mano olvidarlas, pues no soy capaz de manejar mis sentimientos olvidándolos. Lo conseguiría a base de que transcurriera el tiempo y que las relaciones no se vean afectadas negativamente por nuevos motivos.
Quizá te parezca que mi actitud respecto al perdón no tiene fundamento y que debe ser gratuito. Yo así lo creo, pero creo que conviene detallarte los hechos más significativos  con el propósito de que analices  si tengo motivos o no para perdonarte.
Has hecho comentarios  acusándome de roñoso. No me  puedo creer que tengas sobre mí esa opinión. Recuerda.
Me has puesto motes para hacerte el ocurrente ante los que componen el blog O. sin H.  Me llamabas “Carapiedra”
Cuando me mordió un perro tuyo no tuviste el detalle de disculparte ni siquiera de interesante por mi estado. Sabías que les tenía miedo.
El mensaje  intencionadamente ofensivo y humillante que me envió Vita porque pedí que me facilitaran el detalle de la cuenta del móvil que me dejasteis a los nuevos propietarios de vuestra empresa.
No continuaré, aunque tendría muchos argumentos más, pero considero  que la reconciliación  tiene que basarse en el reconocimiento de las  ofensas,  en el propósito de perdonar y en la seguridad de que no se repetirán.
Son hechos que la mente no es capaz de borrar por más voluntad de perdonar que se tenga, aunque si está en cada uno tratar de  perdonarlos haciendo el esfuerzo y teniendo en cuenta los lazos afectivos como hermanos.
Finamente, y si mantienes el interés en  que nos reconciliemos, te propongo que dejemos transcurrir el tiempo y que los acontecimientos sigan el curso natural sin forzarlos y por mi parte compruebe que tus bromas sobre mi vida y mi forma de actuar  han cesado  y que las relaciones mutuas prosperan.
No quiero perder la sensación de paz  que disfruto, por lo que confío que con estas líneas analices si te merece la pena de cambiar tu manera de relacionarte conmigo.
Es mi más ferviente deseo.

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