lunes, 23 de marzo de 2020

EL PESIMISMO DE LOS DEMOGRAFOS


 EL PESIMISMO DE LOS DEMOGRAFOS.
El mundo se muestra dividido respecto al futuro de la población: de una parte están los políticos cuya expectativa llega como máximo a los cuatro años, duración de una legislatura, frente a la visión a largo plazo  de los demógrafos que se muestran como modernos  malthusianos que anuncian el Apocalipsis. Ciertamente ambos criterios deben analizarse  porque el ser humano, soberbio, alardea  de prever el futuro. Hay pocas dudas sobre el futuro de la actividad mercantil e industrial, pues  los avances de la tecnología y las ciencias econométricas  muestran que la tendencia a la destrucción de puestos de trabajo es  inexorable, y no sólo  de peones a los que  máquinas inteligentes sustituyan trabajos manuales, sino también la inteligencia artificial  expulsará del mercado a profesiones  hasta hace poco insustituibles:  médicos cuyos diagnósticos precisos por programas informáticos  sofisticados, incluso que realizan operaciones quirúrgicas  con plena  fiabilidad cuando hasta hace pocos años  ejecutaban especialistas con alto riesgo. Desarrollo de proyectos constructivos diseñados  con exactitud sólo con introducir los parámetros  básicos al sistema. Medios de transporte que no requieren personal para funcionar. E  infinidad de otras. Opinan los políticos  que el futuro estará en manos de  los expertos en  programación digital para profesiones que ahora ni se intuyen, pero  que precisamente son los nuevos sistemas los que van a eliminar  del mercado cada vez a más profesiones que ahora son las que  expulsan a las que hace poco eran críticas. Esos altamente especializados expertos ya saben que en   plazos  cada vez más breves serán también expulsados. Y, entonces, quiénes supervivirán? No se lo  pregunte  a los políticos porque  le van a engañar, sólo analice la historia desde el inicio del siglo XXI y quizá  usted sea de los que tuvieron profesiones imprescindibles y que una tablet o un simple móvil ocupa su puesto:  no tiene vacaciones ni horario, no  se contagia  de coronavirus, no se enamora ni tiene hijos.



1 comentario:

IRIS dijo...

Ya lo pronosticó Aldous Huxley en UN MUNDO FELIZ.
Y mientras tengamos mandatarios con estos CEREBROS y unos electores de encefalograma plano a la hora de elegirlos...llevamos ese camino.
La inteligencia artificial jamás debiera superar a la del ser humano, sólo debiera ser un complemento para aliviar y ayudar pero jamás por sustituir al ser humano por "averias" puntuales que tenga este.
Saludos!!!