EL PESIMISMO DE LOS
DEMOGRAFOS.
El mundo se muestra dividido respecto al futuro de la población:
de una parte están los políticos cuya expectativa llega como máximo a los
cuatro años, duración de una legislatura, frente a la visión a largo plazo de los demógrafos que se muestran como
modernos malthusianos que anuncian el
Apocalipsis. Ciertamente ambos criterios deben analizarse porque el ser humano, soberbio, alardea de prever el futuro. Hay pocas dudas sobre el
futuro de la actividad mercantil e industrial, pues los avances de la tecnología y las ciencias
econométricas muestran que la tendencia
a la destrucción de puestos de trabajo es inexorable, y no sólo de peones a los que máquinas inteligentes sustituyan trabajos
manuales, sino también la inteligencia artificial expulsará del mercado a profesiones hasta hace poco insustituibles: médicos cuyos diagnósticos precisos por
programas informáticos sofisticados,
incluso que realizan operaciones quirúrgicas con plena fiabilidad cuando hasta hace pocos años ejecutaban especialistas con alto riesgo.
Desarrollo de proyectos constructivos diseñados con exactitud sólo con introducir los parámetros
básicos al sistema. Medios de transporte
que no requieren personal para funcionar. E infinidad de otras. Opinan los políticos que el futuro estará en manos de los expertos en programación digital para profesiones que
ahora ni se intuyen, pero que
precisamente son los nuevos sistemas los que van a eliminar del mercado cada vez a más profesiones que
ahora son las que expulsan a las que
hace poco eran críticas. Esos altamente especializados expertos ya saben que en plazos cada vez más breves serán también expulsados.
Y, entonces, quiénes supervivirán? No se lo
pregunte a los políticos porque le van a engañar, sólo analice la historia
desde el inicio del siglo XXI y quizá
usted sea de los que tuvieron profesiones imprescindibles y que una
tablet o un simple móvil ocupa su puesto: no tiene vacaciones ni horario, no se contagia de coronavirus, no se enamora ni tiene hijos.
1 comentario:
Ya lo pronosticó Aldous Huxley en UN MUNDO FELIZ.
Y mientras tengamos mandatarios con estos CEREBROS y unos electores de encefalograma plano a la hora de elegirlos...llevamos ese camino.
La inteligencia artificial jamás debiera superar a la del ser humano, sólo debiera ser un complemento para aliviar y ayudar pero jamás por sustituir al ser humano por "averias" puntuales que tenga este.
Saludos!!!
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