jueves, 19 de marzo de 2020

ASTURIAS Y LA REVOLUCION DE OCTUBRE DEL 34


 ASTURIAS Y LA REVOLUCIÓN   DE OCTUBRE DEL  34
La derecha española no termina de reconocer  que Franco  fue el general  autor del golpe de estado que derrocó a la Segunda  República  Fue  el dictador proclamado  Jefe de Estado  hasta su muerte en 1975. Durante  la Transición tuvo tratamiento con  honores de Jefe de Estado  y se  han  sacado  sus restos del Valle de los Caídos por el escándalo  que ello supone para un país miembro de la UE.  Alemania  e Italia han reconocido   la indignidad de  los dictadores Hitler y Musolini. Los  nostálgicos  rechazan que  Franco fuera  el autor de la represión para sofocar la situación  revolucionaria en Asturias en 1934.  El prestigioso  escritor  e hispanista,  Paul Preston, en su documentada obra “Un pueblo Traicionado” describe su  desarrollo  y deja claro  para la historia los acontecimientos que la derecha se empeña en negar. Según  Preston, el 6 de octubre el Ministro de la Guerra, Diego Hidalgo,  apoyado por varios ministros de la CEDA propuso enviar al General Franco para solucionar la huelga general de la minería asturiana.  Pero Lerroux  ordenó que fuera  el general Eduardo Lopez Ochoa, aunque extraoficialmente  nombró  de Jefe del Estado Mayor al General  Franco al que otorgó plenos poderes para actuar.   El ministro Hidalgo  firmó obedientemente las órdenes  de Franco declarando el Estado de guerra. La total dependencia del ministro Diego Hidalgo del General  Franco supuso  que de facto los Ministerios  de Guerra y  de Gobernación dependieran de Franco.  Realmente fue Franco desde Madrid quien  ordenó  las acciones con extrema dureza .para reprimir a los trabajadores.  Continúa el relato Preston: “La derecha se entusiasmó al ver a Franco  que  trataba a los mineros rebeldes como si fueran cabileños del Rif. Movilizó a mercenarios endurecidos en las luchas del Rif. Sometió a los revolucionarios  bombardeándoles con artillería  y aviación”.  La Legión actuaba dirigida por su amigo el coronel Juan Yagüe que se entregó a toda clase de atrocidades incluidas violaciones de mujeres y tortura de prisioneros. Posteriormente López Ochoa lamentó no haber podido impedir aquellas atrocidades.  Franco  a  su vez  expresó su queja por el trato humano del General Ochoa  y comentó impasible a  los periodistas: “Esta es una guerra de fronteras y los frentes son el socialismo y el comunismo  que atacan la civilización para reemplazarla por la barbarie”.  La derecha acusa a Preston de sectario.


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