lunes, 16 de marzo de 2020

EL DISCIPULO QUE QUERIA SER POLITICO


EL DISCIPULO QUE QUERIA SER POLITICO
Cuentan que en  Kathmandú  un alumno planteó a su  maestro que sentía  vocación de político. Qué debo hacer, Maestro?  Y para qué?, le  pregunta.  Deseo la felicidad de mis vecinos, responde el joven idealista.  No, no puedes, pues tienes algunas cosas que no debes y te faltan otras  necesarias.  Cuáles, maestro? Tienes que se capaz de mentir sin sonrojarte. Ante  una epidemia  hay que tener  cinismo  para pedir tranquilidad, aunque la calle esté cubierta de cadáveres.   Has de convencer  a tus conciudadanos  de  que  una  guerra   se declara  para salvar vidas. Y cómo es posible argumentar así cuando los militares calculan que morirá entre un 10 y un 25% de los que van al frente y la reconstrucción va a provocar la miseria del país  para  la próxima generación?.  Ah, esa  es la grandeza del político, su capacidad para cautivar, que a pesar de que  los ciudadanos  sean conscientes del ardid,  que se sientan satisfechos  y  le valoren aunque sea falso.  Tienes que poseer  el  arte de captar la confianza de los poderosos para que cuando ceses en la política te ofrezcan un puesto bien  remunerado y que no te pidan responsabilidades.  Pero lo más difícil y  donde los políticos fracasan es   lograr ser aceptado y querido por  la oposición.  No olvides que el  gran  éxito es mantenerte permanentemente   en el candelero  y que cuando tu partido pierda el poder te llamen para ofrecerte participar con   los que han  derribando e  tuyo. Pero, Maestro, estas  pautas que me  explicas no coinciden con las  de Aristóteles que acusa a los  políticos de  estar  cegados por la ambición y  es lo que les lleva  al fracaso. Tal como me enseñas  lo que debe hacer el político,   requiere una mente privilegiada  y  que la conciencia no les remuerda nunca. No dices que no   existe ningún  hombre  con tanta agudeza y falta de escrúpulos, Maestro?    Si, querido discípulo, pero  el arte  es  eludir la responsabilidad. Tienes que culpar  a tu  asesor, pues terminan envenenados  por ingenuos como  lo fue Julio Cesar.  Es que no te he dicho que tienes que tomar la diaria dosis  de veneno.


1 comentario:

IRIS dijo...

Eso será en Kathmandú oriental, por el Kathmandu occidental los maestros a los discípulos aspirantes a políticos les dan lecciones de otra filosofía: Politica LAPA
1º Empezar muy jóvenes (y jovenas) en un p.político y que a toda costa( no importan las patadas que dé y las narices que rompa) se hagan el "jefe" de la pandi y mejor si es del barrio.
2º Una vez introducido en dicho partido que se vaya acercando al líder hasta superarlo y mandandole al sótano, poniendo la zancadilla a sus rivales aunque sean más válidos aportando ideas de bienestar social( por ejem), pero él siempre más astuto, las hará suyas.
3º Un bonito discurso, con sonrisa profiden, populista y mentir sin escrúpulos prometiendo, sin sonrojarse siquiera aunque se parta el trasero de risa,lo que sabe que no va a cumplir, eso sí cumplirá con sus colegas las milongas del cargo.Así hasta los 80 años o más ( no en edad, sino en política).
4º Nada de tomar el veneno poco a poco si a político quieres llegar...se le da primero a los electores, que son fáciles de convencer, se matarán entre ellos para que nosotros lleguemos a gobernar.
4º Practicar letra a letra sin pestañear el Decálogo del Político Lapa : Mentir y Desmantelar, Mentir y Privatizar y Mentir y Mentir, aunque naufrague la sociedad ellos tienen con que flotar.
PD. Esto es lo habitual, pero para no generalizar, hay políticos que sí que merecen, por empatía y justicia socíal, gobernar.
Saludos!!!