COMENTARIOS A LAS
REFLEXIONES DE IKERNE
Me ha mandado Maribel unas notas que ha redactado su hija
Ikerne que me han sorprendido por su expresión fluida y el alto
nivel de coherencia que muestra una joven que aun está en la adolescencia y de
la que yo pensaba que en periodo de descubrir su identidad en su mundo que yo creía que era como tener que pasar un sarampión ,
en el que sólo transcurre el tiempo a la
espera de que se le asienten las ideas para alcanzar la juventud e iniciar el
proceso de progresión hacia la mayoría
de edad mental. Me he equivocado y me
alegro, pues descubro que actualmente una
joven de 17 años ya está más formada humanamente y socialmente que nosotros cuando teníamos 25. Es una sorpresa que me estimula, aunque
no estoy seguro de que esa actitud ante la vida sea algo generalizado, sino más bien parece una excepción, no lo sé. Pero
lo que se ve en la calle, en las fiestas, en la tele y en las familias normales
no induce a pensar que esta visión que exterioriza Ikerne en sus notas esté muy difundida, más bien me inclino a
pensar que puede que sólo sea una
excepción y si fuera así, creo que el mérito de Ikern e y de sus padres por
educarla en esos valores es mayor.
Pero no es para
sentirme plenamente satisfecho como un ciudadano responsable como creo ser, pues las jóvenes
como Ikerne al llegar a ser adultas formarán familias más formadas y progresistas que las nuestras anteriores, pero serán excepción muy valiosa y
es probable que la mayoría de ellas serán pasto de ideas más conservadoras y sin ideales, ellos machistas, y ellas inculta y sumisas , ambos materialistas y
serán caldo de cultivo del individualismo, acríticos/as y sin respeto por las ideas
ajenas. En realidad sin ideas propias, pues a pesar de sus muchos
conocimientos y títulos, hablar idiomas , conocer lugares lejanos y ganar mucho dinero, estarán colgados de los estímulos de los
placeres y no serán felices, pues tienen
que descubrir lo que seguramente ha logrado con sus reflexiones Ikerne en su mundo :
orientarse hacia la satisfacción de sus inquietudes sociales que suponen que el progreso de la sociedad en
su conjunto es el origen de la felicidad genera,, que la justicia, la
solidaridad, el compartir con los demás y no centrarse excesivamente en el yo y
sí más en el nosotros es lo
que produce el estímulo para vivir felices en colectividad y olvidarse de lo que la
sociedad actual potencia que es el individualismo, el enriquecimiento personal aunque sea a costa de la miseria o ignorando
la necesidad de los demás.
Entrando en el contenido de su borrador, lo primero que me
surge es expresar que su lenguaje literario es excelente, no
pensaba que esa niña hasta hace un par de años pudiera expresarse con esa
facilidad y espontaneidad como la hace. Lo
digo porque se le ve que sus ideas fluyen con naturalidad y no parece que se
preocupe demasiado del estilo, pues pienso que para una joven de 17 años a las formas no les da ninguna importancia, que
lo que dice es lo que desea decir lisa y llanamente y se deja de estilos y de afán de deslumbrar como nos pasa a los que
damos demasiado valor a la elegancia o la fluidez para sorprender al lector
Pero lo que tiene importancia es el contenido de su queja
dolorosa y el grito que supone
denunciar en una simple hoja de papel de
un block la actitud de los políticos que permiten que se reproduzca
periódicamente alguna nueva tragedia que hace que la inmensa mayoría de la sociedad
moderna esté reculando en lugar de avanzar como sería lógico en función
del progreso de las ciencias, tecnología y la cultura. Sin embargo, creo que me he expresado mal, pues su queja no va
contra los que mandan, a Ikerne no le interesan las locuras de los políticos,
pues ni las entiende ni siquiera tiene curiosidad de leerlo en los periódicos. Lo que
hace es que está quitando la careta a todos los que nos escandalizamos ante las
tragedias que publican con grandes titulares los medios de difusión que les interesa ,
porque hay algunas que no les interesan
y procuran que las ignoremos. Aunque esa información que
los medios dosifican convenientemente para que la población no se sienta segura
y no exija demasiado, ella profundiza como para sacar conclusiones muy críticas,
aunque las de los que protestamos y criticamos de la reacción de nuestros conciudadanos, a la
hora de salir a la calle a
protestar preferimos mirar para otro
lado, como son los casos que se describen en el inhumano espectáculo de las pateras que cada
día se hunden con un cargamento de zapatos (muy aguda la metáfora de los
zapatos) de niños, mujeres embarazadas y ancianos/as que saben que al
embarcarse en ellas saben que será quizá la última travesía que hará en
ese trasatlántico de lujo, pues tienen
todas las papeletas para que naufrague y
los guardacostas de la OTAN tratarán de impedir las tareas de salvamento de ONGs para que perezcan cuanto antes y tratar de disuadirles. Después sacan tomas escabrosas de niños ahogados en
la playas egipcias que rompen el corazón
de los televidentes, y así los turcos lleguen a acuerdos con la UE para que a cambio de millones de euros les retengan en cómodos espacios de descanso
en Turquía con gastos pagados.
Cita también la tragedia del pueblo sirio al que militares de todas las procedencias y credos bombardea
cotidianamente con exquisita precisión para salir dando el espectáculo y lo
veamos nosotros espantados desde nuestras cómodas butacas maldiciendo a los que
provocan y permiten esas tragedias ,
pero lo que se nos ocurre exclamar, Ikerne dixit , es “que
se queden en su país”. Claro, es que si
llegan aquí nos quitan nuestros puestos
de trabajo, nos roban , nos violan e incluso nos matan. Mientras, lloramos de pena cuando vemos la
peli que se titula “El niño del pijama
de rayas”. Pero cuando salen los niños ahogados flotando mojados boca
abajo , para que no perturbe nuestro descanso cambiamos de canal.
Temo que su grito de denuncia sea producto de un idealismo
juvenil que se irá moderando cuando vaya comprobando que sus inquietudes de
justicia y solidaridad no se vean
satisfechas en una sociedad mayoritariamente adormecida por unos potentes y modernos medios para pacificar degradando las
inquietudes juveniles: la sexualidad manipulada por expertos a la que se da valor de dogma. Pero se ridiculiza el sentido del amor genuino entre los seres humanos que es el más valioso don del que la naturaleza les ha dotado. Impondrá la ambición por poseer más cosas, más dinero,
más fama, hará que el éxito a toda costa
sea el motor de la sociedad y que oculte y menosprecie los valores que se generan dentro de los
grupos humanos que se sienten felices cuando lo son los demás con los que conviven en
sociedad. Por eso mi temor, pues la fuerza de los medios que dispone
la sociedad moderna son tan
poderosos y la capacidad de defensa de
jóvenes idealistas tan frágil, que sólo se pueden mantener si se crean núcleos de jóvenes inquietos que se potencian
y capacitan mutuamente para poder responder con vigor a tantos estímulos que se
les ofrecen desde todos los ámbitos de
la sociedad en la que viven, desde la universidad con pocos estímulos para
aprender, y sí para
subir en la escala social, hasta los partidos políticos de gente sin
escrúpulos que hacen de la política un medio de vida para progresar a base de
la corrupción , pasando por el esfuerzo
de lograr tener una profesión de la cual
poder vivir; la angustia de encontrar un
trabajo digno y ejercerlo con honestidad; formar una familia compuesta de
personas libres que se entregan voluntariamente
por amor sabiendo que es una flor bella, pero muy delicada y que se queda mustia si no se le riega continuamente con el amor generoso y sincero y la comunicación permanente con ideales,
tanto de respeto mutuo y lealtad, como la presencia de valores de justicia o de denuncia de abusos de los poderosos que son quienes
fijan las reglas de la convivencia para su propia satisfacción, no para la construcción de una sociedad cada vez
más justa.
Me produce nostalgia estas líneas de Ikerne, pues me
recuerdan mis momentos de idealista que
reconozco que fueron como el descubrimiento continuo de cosas nuevas y maravillosas: no tenía apenas
tiempo de analizar cada una que experimentaba: se me amontonaban aunque quería analizarlas con detenimiento, pero
las prisas no me lo permitían. Y me hace recordar sorprendido, pues creo
que en aquella época de los 16 años fue cuando empecé a escribir mi diario y que continúo actualmente. Considero que es mi
más preciado tesoro, que, por cierto, será algún día custodiado por Maribel a
la que ya he pedido que lo lea cuando ya
no pueda reprocharme ni reírse de lo que está escrito
en él. Quizá Ikerne también lo pueda leer cuando se lo lleven a su casa de Portu: serán las únicas, pues por eso es un diario íntimo.
Voy a terminar de expresar mis ideas que me han surgido leyendo
esas sencillas y bellas cuartillas que
ha escrito una jovencita que me ha
sorprendido tan favorablemente y a la
que voy a proponer que me mande cuando
le parezca oportuno sus inquietudes que las plasme en un papel. Por mi parte le voy a pedir que me permita
enviarle algunas ideas que escriba que se me
ocurran, para que, al contrario
que a Gabriel García Márquez, cuya novela titula:
“El coronel no tiene quien le escriba”, yo
sí tenga quien me lea.
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