lunes, 4 de junio de 2018

SER IGUALES NO ES SER IDENTICOS


 SER IGUALES NO ES SER IDENTICOS.
La ola que ha explotado  equiparando el hombre y  la mujer en todos los aspectos va a provocar más problemas que soluciones si no se controla. Porque pretender que a cada uno  de los géneros  se  atribuya el 50%  de funciones domésticas y profesionales se   exigiría   pedir asesoramiento al juez de “La Manada”, Ricardo González, para que administre su curioso y divertido sentido de la justicia. En primer lugar porque biológicamente la naturaleza nos ha diseñado diferentes  por serlo las funciones esenciales de cada género. Provocar la competencia para agredirnos mutuamente es caer en el señuelo del machismo retrógrado que hasta ahora nos ha manejado como ovejas y corderos  vigilados por mastines  que muerden a pesar de que nos digan que están  para protegernos. Es obvio que las mujeres deben tener acceso a tareas y funciones en las que el único valor a considerar  debe ser  el conocimiento y la capacidad profesional, pues es manipulación  provocar tensiones  que van asociadas biológicamente con el sexo. Los hijos los engendra la mujer y no el hombre, aunque éste sea protagonista necesario. Los deportes deben ser practicados indiferentemente, pero no pueden competir hombres  contra mujeres, pues su propia biología  les ha dotado de diferentes facultades para que la especie humana se desarrolle  armónicamente.  Sería curioso analizar los  resultados  en pruebas de atletismo mixtas o en  competiciones de futbol en las que el Barsa  se enfrente al Athletic de féminas. Lo que no puede ser, no puede ser, a pesar de que el  neomachismo de las religiones apelen a principios filosóficos, aunque realmente es querer guardar el agua en una cesta. . La marea reivindicativa favorable a que  las  mujeres ocupen cargos y funciones para las que están perfectamente preparadas deben administrarla con inteligencia, pues la reacción de los hombres ante la presión del avance femenino les está provocando  complejo de inferioridad  ya desde la niñez,  se extiende en  la pubertad y la juventud con riesgo de que  se inviertan los roles y haya que proteger a los hombres a los que  les faltan referentes porque se los arrebaten las mujeres, que han accedido a la libertad por méritos propios.. Lo que  deberían cuidar  es evitar el revanchismo y cometan el mismo error que ha sido la historia de una sumisión de hombres sobre las mujeres  que felizmente esta en trance de desaparecer..


1 comentario:

IRIS dijo...

Pienso, luego existo, y por lo tanto voy a dar mi punto de vista sobre el titulo: ser iguales no es ser idénticos".
Claro que no que no somos idénticos, faltaría mas y menos mal!!! Pero a pesar de las diferencias de nuestros órganos sexuales que marcan nuestro físico, somos iguales en tener el mismo dcho.a: igualdad de oportunidades para acceder a todo lo que se presente en la vida ( la mujer lo mismo es valedora para bajar a la mina, ser marinera en un barco pesquero, pintora, poetisa o escritora, ser militar o ser espía, hacer una intervención quirúrgica de alto riesgo o dirigir un país.
No pretendemos ocupar el puesto del macho, sólo queremos compartirlo, lo que no consigamos con nuestra fuerza física lo suplimos con nuestro talento...sólo es necesario que el macho baje del pedestal en el que ha estado subido milenios y camine junto a nosotras a ras del suelo...sólo así entenderá que todos compartiendo y complementándose se logrará que seamos iguales y que no ser idénticos es fantástico.
Saludos!!!