sábado, 30 de junio de 2018

NO OLVIDES LA PARABOLA DEL RICO EPULON"


 “NO OLVIDES LA PARABOLA  DEL RICO EPULON”
Con este slogan escrito en un humilde  cartel  un eskale en la Gran Vía desarrollaba sus dotes imaginativas para activar la  generosidad de los viandantes. En síntesis, con  esta parábola Jesucristo quiso mover  la solidaridad  de los que le   escuchaban. El cuadro describe a Lázaro, un eskale   mendigando las sobras de sus banquetes a la puerta del Rico Epulón, pero por rico,  era cruel y ni eso le  quería dar. . Murió Lázaro y subió al cielo. Cuando le tocó a Epulón, fue directamente  al infierno. Allí  Epulón suplicó a Abraham que resucitara a Lázaro y le mandara a la vida para que  convencer a su familia y cambiaran para que no sufriera naquel tormento. Abraham le respondió que escucharan a los profetas. Pero Epulón le respondió que no le harían caso. Entonces Abraham le dijo:  “pues si  no respetan a los profetas, no cambiarán ni  aunque resuciten los muertos”.  Me acerqué para  charlar con alguien tan original. No  mostraba rasgo especial alguno,  salvo  agudeza y un toque de  ironía. Mira, amigo, estoy vendiendo la idea a los que  tienen sentimientos religiosos, para  que aprovechen y sean desprendidos ahora en vida, pues después de la  muerte las buenas intenciones ya no cuentan. Así, todos nos beneficiamos: los que tienen mala conciencia pueden redimirse y repartir  y nosotros, los pobres  supervivir. Claro, me dice, el problema es que los que lean mi slogan  no conozcan los evangelios o quién fue  Jesucristo. Los peores son los que no  creen en la otra vida, pues están resabiados y vienen  a discutir conmigo porque en su intimidad  también temen  y   me acusan de aprovecharme de estos  benditos  que se declaran creyentes,  aunque con fe tradicional. Tú pareces el típico curioso con quien  me gusta hablar porque aunque el temor a  la muerte es general, casi ninguno piensa en ella e ignorándola creen que  la  eludirán. . Continúa: qué opinas tú? Te supongo inquieto intelectualmente  y que  no te  avergüenzas de acercarte a charlar conmigo. Al menos espero  una buena limosna tuya. Durante todo el diálogo tenía  un tono de ironía, pero parecía satisfecho de que alguien le tratara  capaz de reflexionar, pero en realidad fue él a mi a  quien  hizo pensar.  


1 comentario:

IRIS dijo...

Si en lugar de dar "limosna" para acallar nuestra conciencia o decir: Perdoname Sr. me arrepiento, pero mañana volveré a pecar ( Dios o Jesucristo siempre perdona a los arrepentidos aunque hayan estando 500 o 1000 años pecando y los 7 pecados capitales se los hayan pasado por los bajos multiplicados "7 veces 7" )y en el último instante de nuestro ciclo vital, rezando y dándonos golpes de pecho arrepentidos de las vidas que nos hemos llevado por delante con nuestro egoísmo insolidario, el mundo jamás cambiará, siempre habrá ricos, menos ricos y aspirantes a serlo, Epulones que no se arrepentirán ni en los infiernos, siempre que estos existieran en el más allá, porque en la realidad existen en el más acá.
Soy de la opinión que la empatía y la solidaridad (que no limosna para acallar nuestra conciencia) para compartir de nuestras pequeñas o grandes riquezas con los menos afortunados sería a aspirar llegar a disfrutar del Paraíso terrenal, que no es lo mismo que Paraísos Físcales.
Saludos!!