“GAROÑA Y CIERRA ESPAÑA”
En artículo periodístico su autor, que se manifiesta “moderadamente
ecologista”, se felicita porque el gobierno, por fin, entra en razón y decide
cerrar la bomba nuclear de Garoña. El redactor se equivoca: no es el gobierno
quien la cierra. Es que sus propietarios comprueban que ya no es rentable
económicamente y porque sus estrategas aconsejan que el futuro viene inexorablemente
por las renovables y se preparan para afrontar un fututo incierto. En efecto: los consumidores van a poder
obtener la energía necesaria con medios muy simples, baratos y no contaminantes
y la energía tendrá el precio en función de sus costos y no sujeto a intereses
de las politizadas eléctricas que tienen en sus consejos eximios ex ministros. Ese
tránsito va a suponer a que sus gigantescos embalses, sus
contaminantes y peligrosas centrales nucleares, de carbón o las muy sujetas a riesgos
políticos de los países suministradores de gas o fuel, van a quedar infrautilizadas. Con los siderales
costes acumulados en ellas. El ilustre
articulista resalta ufano que se demuestra que la presión social pacífica en
contra de las nucleares ha dado sus frutos. O sea que considera que el cierre
se debe al clamor popular en su contra. Será ingenuidad o demagogia? Detrás
estan los agresivos fondos de pensiones, los bancos de negocios y grupos
gigantescos de presión que comprueban que invertir en energía nuclear fue un
error y quieren huir como sea. Hay que
tener en cuenta que los gobiernos están siendo presionados por la marea mundial
del ecologismo y cuyos votos van a ser decisivos, por eso van poniendo sus barbas
a remojar y se declaran proteccionistas después de saber qué hacer con los
temibles residuos radioactivos, de convertir
los océanos en sentinas o de negar que
las enfermedades cancerígenas son el origen de muchas muertes y de gastos astronómicos para combatirlas. Difundir
que ha sido gracias a la concienciación popular se cierran esas fuentes
contaminantes es ser cómplices por omisión, pues los “mercados”, eufemismo con
el que se denomina a los grandes inversores que incitan a “gobiernos
democráticos” a provocar guerras para acumular beneficios y que asisten
impávidos al akelarre mortal de seres indefensos en el Mediterráneo, o que arruinan las arcas públicas para salvar a los
bancos que les presionan para que se
legisle a favor de sus intereses a cambio de colocar en sus consejos de
administración a ex ministros o altos funcionarios. Todo ello debería ser el
revulsivo para concienciar a la población para que rechace los cantos de sirena
de una red invisible de propaganda que
el Sistema ha creado para manipular a las
masas haciéndoles interesarse con el raca-raca del fichaje de Neymar o por la “heroicidad”
de esos descerebrados que asesinan a sus compañeras para “proteger su honor” y
se sirven de sus medios periodísticos
para difundir la crónica negra que es lo que “ da sentido a la vida”. El
cierre de Garoña, no nos hagamos trampas, es un caramelo gastado que será
sustituido por alguna otra “novedad genial” que ya nos tienen reservada los “think tanks” : es el
Mito de Sísifo, imprescindible para
mantener sus privilegios y a la chusma a raya.
1 comentario:
Muy bien el cierre de Garoña, así tenían que estar todas las centrales nucleares del mundo mundial, y estando de acuerdo con todo lo que expones, lo peor no es eso, lo peor son los residuos radiactivos, entre ellos el polonio 210, que dormirán en cementerios nucleares con el consiguiente peligro para el planeta ( las que mas impacto han producido actualmente: Fukushima y Chernóbil) y los cientos de millones de años que se necesitan en volverse, estos residuos, "inofensivos".
Saludos!!!
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