domingo, 31 de enero de 2016

DIALOGO ENTRE PUIGDEMONT Y RAJOY



DIALOGO ENTRE PUIGDEMONT Y RAJOY
Al margen del aspecto cómico del diálogo simulado entre Rajoy y Puigdemont mostrando que en política también conviene alguna dosis de chacota que sirva para humanizarla y acercarla a la ciudadanía, la chanza del periodista  con Rajoy  muestra a un Presidente con rasgos humanos y temor a enfrentarse  a los problemas reales  que ya no controla,  colocándole en una posición difusa, pues pasa de estados de euforia a otros  de depresión, seguramente debidos a que sus consejeros  y ministros tampoco tienen las ideas claras ante  tantas incógnitas  y por el transcurso trepidante de  los acontecimientos. De sus respuesta puede deducirse que la táctica del silencio y el “wait & see” es  expresión de su falta de coraje ante acontecimientos  que se le presentan,  pensando que los problemas se solucionan porque “el transcurso del tiempo lo soluciona todo”, según algún filósofo malvado. Pero esa táctica no ha surtido efecto respecto al contencioso con Catalunya. En realidad sí que lo ha tenido, pero para agravarlo, porque Rajoy no se ha atrevido a tomarlo por los cuernos, con declaraciones apocalípticas que han venido siendo desmontadas como pompas de jabón a medida que se han producido los acontecimientos que aseguraba que no se producirían. Vaya que si se han producido, ya nadie lo puede negar, salvo el dubitativo Rajoy y el coro de los que le sostienen ante la marea para que no les arrastre al averno. La respuesta de Puigdemont ha sido la de un digno presidente de una nación en trance de lograr su independencia de  manera impecable, pues toda la prensa está vigilante para descubrirle los puntos flacos por dónde atacarle. Vano intento, pues con todo el proceso de elección de Presidente de las Cortes y la formación del nuevo, que está resultado una comedia con tintes dramáticos, el problema de Catalunya ha pasado a segundo término y se ha montado un gallinero con varios gallos que tienen asustadas a las gallinas que somos todos los ciudadanos. La intervención de Rajoy en el sketch es patética: “tiene la agenda libre”.Cómo se puede tener la agenda libre cuando el país está sin gobierno, siendo él  precisamente quien debe liderar esta  interinidad tan peligrosa?  Con tantos errores, omisiones, corrupciones, imputaciones ante los tribunales y amenazas que son tomadas a  beneficio de inventario por el PP, es difícil que se nos respete en Europa, cuando ni nosotros mismos  nos respetamos.


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