domingo, 10 de enero de 2016

EL COCODRILO TONY BLAIR



 EL COCODRILO  TONY BLAIR
Quien viera las imágenes en TV de un Tony Blair  nervioso y suplicante, es muy probable que sienta lástima y olvide que fue el instigador de la invasión de Irak para derrocar  a Saddam Hussein por sus inexistentes arsenales de armas de destrucción masiva. Convenció al inútil Bush y a nuestro héroe  Aznar para  represaliar a Irak por la humillación a la que unos “aficionados” sometieron a la nación más poderosa del mundo al  derribar el World Trade Center en la ciudad símbolo del capitalismo. El ex premier inglés no da una puntada sin hilo, pues está para publicarse el informe Chilcot y, según filtraciones de la prensa,  relata su oportunismo, demostrando que los servicios secretos afirmaban que Irak no poseía tales armas que fueron la disculpa para destruirlo y es  origen de ISIS y el avispero en el que se ha convertido Oriente Próximo y Medio.  Declara  que tomó la decisión a partir de una información “errónea”  de los Servicios de  Inteligencia. Con aspecto temeroso ante las responsabilidades que se le puedan derivar,  y un dominio de la escena que superaría al mejor actor, involucra a Bush y a Collin Powell como cómplices de la decisión  tomada. Ante la pregunta del locutor si considera que ISIS pueda haber sido la consecuencia de aquella carnicería, se muestra ambiguo saliéndose por la tangente al afirmar que  no se arrepiente por haber derrocado al dictador Hussein. Se desconocen las consecuencias que pueden derivarse del informe del que la Ministra Principal de Escocia, Nicola Sturgeon, afirma que  constituye un escándalo. Esto muestra la catadura moral de Blair, uno de los  políticos de la democracia más acreditada y antigua del mundo.. Sorprende  su naturalidad y cinismo  al afirmar que cumplió con su deber. Al igual que Aznar y sus asesores militares y civiles, puesto que sabe que en España no habrá responsabilidades ni siquiera será motivo de reproche por parte de la prensa, cómplice del silencio de las fechorías de nuestros políticos y ex políticos  que se permiten   aconsejar la formación de una Grosse Koalition para salvar a España, según propone Felipe González, promotor de los GAL. O  Aznar,  el “amiguete  útil” de Las Azores. No conviene hacerse ilusiones de que los tres inductores de la “cruzada salvadora”  de Irak comparezcan ante la Corte Internacional de Justicia acusados de genocidio.


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