EL COCODRILO TONY BLAIR
Quien viera las imágenes en TV de un Tony Blair nervioso y suplicante, es muy probable que sienta
lástima y olvide que fue el instigador de la invasión de Irak para derrocar a Saddam Hussein por sus inexistentes
arsenales de armas de destrucción masiva. Convenció al inútil Bush y a nuestro
héroe Aznar para represaliar a Irak por la humillación a la que
unos “aficionados” sometieron a la nación más poderosa del mundo al derribar el World Trade Center en la ciudad
símbolo del capitalismo. El ex premier inglés no da una puntada sin hilo, pues
está para publicarse el informe Chilcot y, según filtraciones de la prensa, relata su oportunismo, demostrando que los
servicios secretos afirmaban que Irak no poseía tales armas que fueron la
disculpa para destruirlo y es origen de
ISIS y el avispero en el que se ha convertido Oriente Próximo y Medio. Declara que tomó la decisión a partir de una
información “errónea” de los Servicios
de Inteligencia. Con aspecto temeroso ante
las responsabilidades que se le puedan derivar, y un dominio de la escena que superaría al
mejor actor, involucra a Bush y a Collin Powell como cómplices de la decisión tomada. Ante la pregunta del locutor si
considera que ISIS pueda haber sido la consecuencia de aquella carnicería, se
muestra ambiguo saliéndose por la tangente al afirmar que no se arrepiente por haber derrocado al
dictador Hussein. Se desconocen las consecuencias que pueden derivarse del
informe del que la Ministra Principal de Escocia, Nicola Sturgeon, afirma que constituye un escándalo. Esto muestra la
catadura moral de Blair, uno de los
políticos de la democracia más acreditada y antigua del mundo.. Sorprende
su naturalidad y cinismo al afirmar que cumplió con su deber. Al igual
que Aznar y sus asesores militares y civiles, puesto que sabe que en España no
habrá responsabilidades ni siquiera será motivo de reproche por parte de la
prensa, cómplice del silencio de las fechorías de nuestros políticos y ex
políticos que se permiten aconsejar la formación de una Grosse
Koalition para salvar a España, según propone Felipe González, promotor de los
GAL. O Aznar, el “amiguete útil” de Las Azores. No conviene hacerse
ilusiones de que los tres inductores de la “cruzada salvadora” de Irak comparezcan ante la Corte
Internacional de Justicia acusados de genocidio.
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