domingo, 1 de septiembre de 2013

LOS TRIBUNALES Y EL TERRORISMO



LOS TRIBUNALES Y EL TERRORISMO
Recientemente el CIS publica la habitual encuesta sobre las preferencias de la población y concluye que los jueces son el estamento peor valorado. En declaraciones de la Presidenta de la Sala de lo Social y miembro del TSJPV, Garbiñe Biurrun, manifiesta que “…los tribunales no debieron entrar nunca en el “juego del Estado ” contra el terrorismo…” Además, urge a Rajoy para acercar los presos de ETA porque es de justicia”. A buenas horas se le ocurre manifestarlo, después de la tremenda tragedia que ha supuesto sacar del ámbito político un problema con raíces políticas, que al judicializarlo ha dado un protagonismo a los jueces en asuntos que le son ajenos, pero que ello ha creado profundo dolor por las tremendas condenas y por los odios generados que  ha supuesto la separación en dos comunidades irreconciliables.. Decirlo ahora, cuando la población no cree en ellos tiene el tufo del oportunismo y sus manifestaciones no tienen ninguna credibilidad. Si esa era su convicción, por qué no lo manifestó antes,  por qué  no se opuso a interpretaciones tan severas de la ley y en lugar de contribuir a echar gasolina al fuego para apagarlo? Por qué  no arriesgó como ahora lo hace al verse desacreditados ante el pueblo? Quizá pudiera ser un atenuante a la hora de valorar a los jueces en Euskal Herria  el hecho de que no son vascos y sus criterios carecen del imprescindible componente humano, limitándose a la máxima “Lex dura sed lex”. Pero es que la señora Biurrun tiene una presencia continua en los medios de información, habla Euskara y sus criterios en los coloquios hacen pensar de ella que su dimensión humana puede matizar el rigor de sus sentencias. Eso se deduciría en el caso de esta sorprendente afirmación respecto a la judicialización del terrorismo, lo que reitera una vez más el argumento  que justifica la  humillante clasificación de los jueces en el  ranking de las preferencias populares.. Si los jueces hubieran emitido sus sentencias en beneficio  de la colectividad y no se hubieran plegado a presión del príncipe, seguramente esta sociedad hubiera sido menos violenta y creería en los jueces. Como dice un proverbio oriental “Los jueces no pueden sacarse a sí mismos de la ciénaga tirando de su propia coleta”

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