NACIONALISMO. ESA PLAGA…
Con motivo de la gran difusión de la celebración de la DIADA
de Catalunya 2013 se han desbordado los
diques de la moderación en España, reaccionando unos con sonrisas minimizando y ridiculizando la conciencia nacional de los
catalanes. Otros, los más sesudos, expresan criterios racionales para demostrar que el nacionalismo es perverso,
que perjudica a los pueblos que lo sienten, que lo solidario es el
universalismo, tal como se practica en España, Francia y unos pocos
países que han quedado anclados en el centralismo trasnochado y cerril. A todos
estos que sugieren a los catalanes que se dejen del infantilismo de la
identidad y que se preocupen de temas de entidad, como el paro, la
cohesión y la solidaridad nacional, alguien
tendría que explicarle que no debe ser tan perverso y egoísta su sentimiento
identitario, pues todos los pueblos lo
sienten; unos a favor de la nación española o francesa, otros a la americana o
rusa o a la que sea, pero todos perciben un afecto por el lugar en donde han
nacido. El signo de sensatez es asumir que ser vasco, catalán o español no es
ningún mérito: no se nace donde se ha querido, fue donde estaba su madre al
venir al mundo. Pero todos tenemos inevitablemente el sentimiento de nostalgia
por la tierra que nos vio nacer. Por eso, los que quieren despreciar el
nacionalismo y dicen que su patria es el mundo y las banderas, trapos,
están expresando una boutade y es el argumento de los bribones que creen que se
puede negar el sentimiento de amar la propia tierra. Por qué será que siendo
tan nefasto el sentimiento nacionalista, cada vez está más extendida esa pasión
entre los pueblos que van adquiriendo su sentido identitario, en cambio se
quedan solos los defensores de los símbolos centralistas que sólo sirven para
ser ridiculizados por los que pertenecen
a las nacionalidades?. Los nacionalismo que defienden los que aman su
idiosincrasia diferente son solidarios con los demás pueblos porque es su propia supervivencia y para defensa de los que se sientan asfixiados
por el centralismo, pues saben que la libertad de todos los pueblos garantiza
la igualdad, y la solidaridad surge espontánea y no como la que imponen las
metrópolis a las naciones colonizadas bajo el argumento de que lo impide la
Constitución. Contra la voluntad de libertad de un pueblo concienciado no hay
constitución ni ejército que sea capaz de contener las ansias de libertad de
una nación con su identidad. Parece mentira que los centralistas no hayan
aprendido de las muchas experiencias de la historia .y se empeñen en mantener
tesis de los siglos XIX y XX.. Mientras, paciencia y resistir hasta la
victoria.
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