domingo, 22 de septiembre de 2013

ES EXCESIVO Y OFENDE LA DIGNIDAD



ES EXCESIVO  Y OFENDE LA DIGNIDAD.
Se ha hecho público que Rodrigo Rato se ha incorporado al Santander como asesor internacional, con un sueldo de 200.000 €. Hace unos meses Telefónica se le ha nombrado asesor y le paga otros 200.000 €. Se supone que el FMI le pasará una pensión por los impagables servicios prestados cuando fue su Director. Don Rodrigo fue el ilustre que sacó a bolsa a Bankia diciendo que su situación era envidiable porque las acciones valían más de tres € , pero  ahora resulta que su valor es cero. Está procesado por una infinidad de acusaciones en la gestión de Bankia, entre otras la de haber sacado los títulos preferentes que ha supuesto la ruina a más de un millón de jubilados. Otra buena noticia es que a Joseph Piqué le han nombrado Consejero de OHL. Se hallaba en paro desde que salió de Vueling, donde ganaba 340.000 € al año. Sus andanzas por las altas finanzas desde que salió de ministro de varios ministerios es una sucesión de éxitos indudables de este eminente político de derechas, que anteriormente  militó en la extrema izquierda más reivindicativa. Ambos prohombres de la política y de las finanzas han sido fichados por empresas privadas en las que sus propietarios tienen, en principio, plena libertad  para nombrar a sus directivos. Pero es sospechoso  que Rato fuera el ministro que privatizó la Telefónica a precios de saldo, lo que hace suponer que su entrada en la misma sea un “do ut des”, un “hoy por ti, mañana por mi”. Señalo que la libertad de una entidad privada para nombrar sus directivos es total, pero habría que matizar: el banco Santander está aprovechándose de las facilidades financieras que el gobierno le está ofreciendo para equilibrar los desajustes en sus balances, por tanto, es una entidad privada, pero apoyada con fondos públicos. De OHL hay que puntualizar que su presidente, Villar Mir es uno de los que han tenido que declarar ante los tribunales por haber hecho, presuntamente, donaciones al PP para lograr contratos de obras públicas. Pero lo que hiere es ver que la crisis sólo la soportan los ciudadanos normales, para esos privilegiados hay un mercado laboral próspero y bien retribuido que ofende a los que han tenido que sufrir las consecuencias de las deficientes gestiones de estos ambiciosos  que siempre tienen un hueco en algún consejo de administración, bien remunerado y sin riesgos. Se echa de menos una ley que fiscalice sueldos astronómicos de ex políticos, deportistas de élite y gente de la farándula, que cobra sueldos siderales, ofendiendo y humillando a  multitud de parados, jubilados y gente que vive en el umbral de la miseria. Esa actitud permisiva de los poderes públicos es provocativa y muestra escasa sensibilidad, más allá de las declaraciones triunfalistas sobre la ley  de incompatibilidades, buenos propósitos y que ya estamos saliendo de la crisis. Quizá sería oportuno analizar lo declarado por el Ararteko: “El empobrecimiento de la clase media conlleva un “alto riesgo” de conflicto”.

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